Capítulo Uno

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"No importa que tan débil estés, siempre encuentras la fuerza para volverte a levantar" Steve recordaba las palabras que su madre le había dicho cuando tenía 15 años, después de caer enfermo gracias a un ataque de asma. Su madre había tenido razón, él volvió a levantarse esa vez, y muchas otras más.

Pero ahora, no estaba seguro de poder hacerlo.

Steve contempló un segundo el parque, antes de activar el traje cuántico y levantar el Mjolnir. Su peso en su mano le daba confianza, como una vez lo hizo su escudo en su espalda.

Thor se lo había dado antes de irse. Había entrado a su habitación y lo había dejado sobre la mesa de noche.

Con solo verlo, Steve supo lo que Thor pretendía hacer.

−No puedo aceptarlo −había dicho−, es tuyo.

−No lo es −dijo Thor−, creo que nunca lo fue... me tomó tiempo entender que Mjolnir no es de nadie, que solo atiende al llamado de quienes son dignos de él para prestarles su fuerza... y tú lo eres.

−Tú también.

−Yo tengo a Stormbreaker, además, ya no tienes tu escudo; lo necesitaras si pretendes devolver las gemas.

Steve había mirado el techo, descubriendo que no tenía más excusas que poner.

−Aquella vez... −empezó a decir Thor−... sabías que podrías levantar el Mjolnir, pero no lo hiciste, ¿Por qué?

Supo que se refería a aquella fiesta en la que Los Vengadores habían intentado levantar el Mjolnir, antes de que Ultron apareciera.

−No me pareció necesario, además, supuse que heriría tu ego −dijo Steve, con una pequeña sonrisa.

Thor sonrió.

−Pues tenías razón, lo habrías herido.

Ambos guardaron silencio por un segundo.

−Lo lamento −dijo al fin Thor−, sé que debería acompañarte a devolver las gemas, pero me temo que, si lo hago, lo arruinare todo.

−No te preocupes, es mi deber.... Además, creo que podría ayudar a distraerme...

Steve no pudo continuar y simplemente contempló el martillo en su mesa de noche.

− ¿Cómo lo estás llevando? −preguntó Thor entonces.

Eso rompió con su calma.

−Yo no... por favor no lo preguntes −dijo Steve, había tenido que tragarse las lágrimas.

−Oye, tranquilo −respondió Thor, mientras levantaba las manos−, sé que no es fácil, pero tendrás que hablar de eso en algún momento, amigo mío.

−Pues este no es el momento −Steve había gruñido, molesto.

Thor bajó las mano y suspiró, con el semblante serio.

−Nunca es el momento −dijo−, pero creí que podría ayudar a desahogarte... yo también vi a la persona que más amaba irse una y otra vez, ¿sabes?

Steve miró a Thor, y supo que hacía el mismo esfuerzo que él por no echarse a llorar.

− ¿Cómo puedes seguir adelante sin él? −preguntó Steve, en un susurro.

−No lo hago, no creo que pueda hacerlo jamás −contestó Thor antes de atragantarse con las lágrimas, se detuvo un segundo antes de seguir: − lo veo en todas partes, todo el tiempo, y los dioses saben, que me muero en cada instante, pero sé que Loki hubiera querido que siguiera adelante y viviera, así que lo intento.

I Will Find You (Stucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora