Capítulo 5

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No era necesario que me besara

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No era necesario que me besara. Bastaba con fingir o únicamente hablar, acordar algo más. Era completamente innecesario. Mis instintos no me dejaron evitarlo por la rapidez que sucedió, eso me revuelve las entrañas.

—Hija, no has tocado tu omelette. Se te va a enfriar—mi mamá me trae de nuevo al tiempo real, motivándome a comer antes de atraer moscas a la comida y a mi cara en pleno ojo público.

Hemos venido a Roosevelt's, un restaurante con aspecto muy campestral que está a unos minutos más allá del centro del pueblo con un menú muy variado de forma casera. Es nuestro primer desayuno reunidos después de la ajetreada semana y yo estoy solamente picoteándome el labio inferior, con el tenedor, justo donde abusaron de él. Tal vez, inconscientemente tratando de justificar por si se ve irritado ya que me dolió después de llegar a casa al par que mis papás y con un historial anormal de llamadas de Anya. Le dije que estaba bien, pero que me perdí y después supe arreglármelas con sus indicaciones. Aun así insistía en que le dijera la verdad a detalle para no preocuparse, la verdad que no es recomendable sacar a la luz.

—¿Quieres pedir otra cosa? También hay arroz frito, sé que te encanta—mi papá le sigue a mi mamá, ambos mirándome con seriedad.

Me quito el tenedor y lo dejo en el plato, justo al lado del omelette intacto.

—La verdad es que no tengo mucha hambre, sólo me acabaré el jugo de naranja y pediré un café—elevo los hombros y hago una media sonrisa.

—¿Café? Lo que necesitas es dormir bien. Ve esas ojeras que tienes—mi papá intenta agarrarme el rostro, pero me hago de lado, evitando que lo inspeccione y sea peor que un microscopio.

—Es verdad, luces muy cansada. Jane. Ya hablamos sobre la exigencia y tu...—se apunta mi mamá a la lista de encontrarle defectos a Jane para regañarle.

—¡Sólo no me puse corrector! Eso es—paro en alto sus comentarios golpeando la mesa, recordándomelo a mí misma igual. Es verdad que no pude dormir bien toda la noche por lo que sucedió. Suelo sobrepensar a las cosas y más siendo cosas así. Tan... Peculiares.

Se miran por un instante y después me miran riéndose de forma coordinada.

—No dependas del maquillaje para cubrir tu mala salud en tus desveladas, duerme bien. Apenas empiezas, ojo ahí—mi mamá me apunta con su barbilla y después se enfoca en tomar con ambas manos su taza de té de manzanilla.

Suspiro asintiendo.

—Trataré—le digo.

En lo que termino con mi mamá, mi papá alza la mano llamando al mesero para pedir mi café, haciendo caso omiso a lo que conversamos.

—Mejor dale las bolsitas de té para una mascarilla de spa al 2x1—mi papá intenta sacar la bolsita de té de la taza de mi mamá, a lo que ella responde indignada, dándole un manotazo con la cara toda seria, contrastando con la sonrisa tiesa de mi papá.

Arcángeles Infernales [1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora