Capítulo 2

178 19 4
                                    

No creyéndole a mis ojos, parpadeo un par de veces hasta creer lo que está pasando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No creyéndole a mis ojos, parpadeo un par de veces hasta creer lo que está pasando. Quedando en un silencio en que juraría que el latido de mi corazón es el único que se escucha.

Veo que la bestia se mueve, comenzando a hacer ruidos extraños y a volar con sus grandes alas.

El impacto me deja plasmada en el suelo aun mirando, admirando los pocos detalles de su cuerpo horrífico que puedo observar por la iluminación plasmada en lo que ahora es.

Un gruñido suyo muy fuerte me hace reaccionar, obligándome a tomar las cosas rápido, esparciendo las manos hasta encontrarlas y poder levantarme enseguida para salir corriendo. Los ruidos que hace me hielan la sangre enseguida, absorbiendo todo el miedo que no había tenido.

Busco el celular al acercarme a la puerta, hurgando con las manos de nuevo como animal. Al acercarme a la parte oscura logro verlo. Lo enciendo asegurándome de que esté bien, viendo de una vez la hora, dando las doce en punto. Medianoche.

Como total Cenicienta, me echo a correr hasta entrar por la puerta a empujones sin tener el descaro de voltear atrás, viendo a todos lados como toda paranoica que se le acaba de aparecer un monstruo frente sus ojos. Que la acaba dejar traumada, sucia y descalza.

Corro con todas mis fuerzas con la respiración acelerada y el corazón peor. Con los tacones en la mano izquierda y el celular con la derecha. Ignorando todas las miradas extrañadas de algunas personas que ponen atención en aquella chica espantada que parece que corre por su vida, porque en efecto hago eso.

Las dudas comienzan cuando el shock comienza a desaparecer.

Esto no sucede. ¡No puede suceder!

Sin cabeza para pensar, decido correr a la mesa para dejar las cosas de Anya. Cuando estoy ahí, me doy cuenta de que los chicos no están y en su lugar están un montón de vasos plásticos regados. De forma discreta, acomodo los vasos para que oculten su cartera en la cual meto de forma rápida su celular. Apenas y cabe.

Dejando eso listo intento ver a alguien conocido para que pueda ayudarme en algo, lo que sea, pero desgraciadamente no es así. Terminando por irme corriendo con los pensamientos revueltos sin ninguna estrategia buena para irme, sólo correr y correr hacia casa.

 Terminando por irme corriendo con los pensamientos revueltos sin ninguna estrategia buena para irme, sólo correr y correr hacia casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Arcángeles Infernales [1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora