3 [Maratón 1/3]

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Voy a hacer una pequeña maratón,  ya que "Prostituta" llegó hasta 40k :') gracias a todos...♥
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La rubia comenzaba a abrir sus ojos lentamente, ya que unas voces la despertaron.

- ¿Estás bien?.– Preguntó Lalisa.

- Vinimos porque nos llamaste, ¿Recuerdas?.– Dijo Jennie.

- Ah...Sí, sí. Gracias, chicas.– Les sonrió, mientras se acomodaba en la cama.

- ¿Que pasa, Rosie?.– Preguntó Lisa, notando la expresión preocupada, y un poco angustiada de su amiga.

- ¿A mí?. Nada, nada.– Fingió la sonrisa. Aunque ellas se dieron cuenta de  aquello.

- Vamos, Rosie, puedes confiar en nosotras.– Le sonrió Jennie.

- Es que...No van a creerme.– Les dijo, bajando la mirada.

- Aún si viste un fantasma, o viajaste en el tiempo, vamos a creerte.– Le dijo Lalisa, sonriendo, y transmitiendo confianza.

- Yo...Vino la muerte...Osea, no la muerte, su hija. E-ella se confundió de persona, y se fue. M-me dijo que me faltaban minutos de vida, pero luego vió un pergamino, y no era yo...Era una tal Samantha Coldverth, o algo así.– Dijo sonrojada. Hasta ella creía que era tonto.

- ¿Su hija?...No sabía que la muerte tenía hijos.– Comentó Jennie.

- J-Jisoo Kim. Así se llamaba...O no. Se quiso poner así porque le agradaba el nombre.– Agregó.

- Bueno...¿Estás segura de que no fue un sueño?.–  Preguntó Lalisa.

Después de pensarlo un poco, Rosé decidió callar.

- Si, lo más probable es que haya sido un sueño...Es muy tonto, ¿No?.– Hizo un intento de sonrisa. Jennie y Lisa se miraron, siendo testigos de la gran mentira.

- Te creemos, Rosie.– Le dijo Jennie.– Bueno, eso nos confirma que debes vivir a tu manera.– Le sonríe, y Lisa asiente.

Rosé se siente muy agradecida por tener tan buenas amigas.

De pronto, las luces se apagaron, dejando a todas sorprendidas por la profunda oscuridad en la que se encontraban.

- ¿Un apagón?.– Preguntó Lisa.

Al instante, las luces volvieron a encenderse, mientras todas se miraron confundidas. Pero algo llamó la atención de la rubia...No estaban solas...

- ¡No!. ¡Aún no quiero morir!. ¡Chicas las amo mucho!.– Expresó, alarmando a sus amigas, que intentaron tranquilizarla.

- ¡Rosie!, ¿Qué pasa, cariño?.– Preguntó Jennie, abrazándola.

- Maldita sea, viejo estúpido.– Una voz extraña sorprendió a la pareja.– Hola, de nuevo, niña.– Saludó.– A ustedes también.

- No puede ser...– Lalisa expandió sus ojos al máximo.– ¿E-eres Jisoo Kim?.

- La misma.– Le guiñó un ojo.– Y no vengo por tu alma, dramática.– Le dijo a la rubia que estaba acurrucada en el pecho de Jennie.

- ¿No?...– Se separó un poco, dejando ver el brillo de sus ojos debido a las lágrimas.

- Lamentablemente no. Mi padre se ha enterado de que me has visto, y ahora tengo que cumplir mi condena.– Se sentó a la orilla de la cama. Ella vestía una playera negra, de una banda de Rock, y un short que a penas se veía. Sus converse combinaban con su playera, y la hacía tener un estilo único. Traía el pelo suelto y liso. Se veía encantadora. Lo que le llamó la atención a la rubia, es que ya no tenía sus alas negras.

- ¿Condena?.– Preguntó la castaña, curiosa.

- Sí, veras...Debo quedarme en la tierra esperando a que sea el tiempo de Chaeyoung Park. Ya sabes, su muerte. Mientras tanto, me quedaré viviendo aquí.– Sonrió.

- ¿A-aquí?. ¡Eso no puede ser!. ¿Qué le digo a mis padres?.– Exclamó, negándose rotundamente.

- ¿Entonces me quedo en la calle?.– Parecía pensarlo seriamente.

- ¡Oh, no!. Mejor te quedas...Hasta que consigas otro lugar. Ya veré como me las arreglo.– Ese era el problema de Rosé, era demasiado bondadosa.

- ¡Hecho!.– Aceptó la pelinegra.

Ángel de la muerte.- Chaesoo [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora