Close My Eyes [Terminada]

Capítulo 1

Dedicado a un hombre que nunca existió, pero que amo profundamente.

Vickysmart.

Creo que lo más difícil al tiempo de contar una historia es determinar por dónde empezar. Algunos graciosos dirán "por el principio", pero la verdad es que lo que voy a relatarles a continuación va más allá de mí; superando con creces mi concepción y nacimiento. He pasado muchas noches en vela tratando de sentenciar cuál será ese punto de partida. Al no poder decidirme, y luego de una seria reflexión, elegí comenzar con el primer recuerdo de la niñez que evocara mi mente.

—La familia Prince está compuesta por magos muy poderosos e inteligentes. —Solía decir mi madre—. Tú eres uno de nosotros. Un día irás a Hogwarts y serás seleccionado para la casa Slytherin.

Siempre hablaba de su familia de forma general. Nunca se atrevió a responder mis cuestionamientos sobre por qué no podíamos visitar a mis abuelos o tíos magos, en el caso de que los tuviera. Digo esto ya que no era capaz ni de afirmarme su existencia. Su sola mención reflejaba angustia su semblante ¿Acaso hubo una discusión entre ellos? ¿Un enfrentamiento de convicciones y creencias? Y si así era ¿Cuál es el sentido de conversar sobre alguien a quién no se desea recordar, y alude una tristeza de tal magnitud? No lograba comprenderlo.

Por otro lado, el mundo mágico me parecía fascinante, quería saber todo lo que pudiera sobre él. Por ello, no desperdiciaba ninguna oportunidad, cuando mamá y yo estábamos solos, para preguntarle cualquier ocurrencia que pasara por mi mente.

—¿Y la gente puede volar en escoba como en los libros de cuentos? —pregunté secando los platos que ella lavaba. La sola idea de transportarme en grandes distancias sin necesidad de utilizar un vehículo de combustible me resultaba insólita.

—Sí, incluso hay deportes en los que se utilizan. Los magos y brujas de todas partes del planeta se reúnen una vez cada cuatro años para celebrar la copa mundial de quidditch —respondió mi madre con una sonrisa. Tenía la capacidad de embellecer todo lo que contaba, como si lo hubiese sacado de un mundo utópico y perfecto.

—¿Tú sabes usar una? —Interrogué entusiasmado.

—Aprendí en la escuela, pero me dan miedo las alturas. Desde entonces no lo he vuelto a hacer.

Seguimos con nuestras respectivas tareas. Realmente disfrutaba esos momentos con ella.