Tras tres llamadas más y una semana de por medio, ¡nos hemos visto!
Nos hemos visto,
y hemos estado juntos,
y por una tarde,
hemos compartido la vida.
Le he llamado Gabriel, porque es como él mismo se presentó y porque Gabi me parece poca cosa para él,
que es tanto.
Es que es serio y en momentos risueño, y tímido y dulce.
Justo cuando creía que los chicos misteriosos de las novelas no existen, va él y aparece.
Nos hemos despedido sólo con un beso, que es como a mi me gusta, porque los dos se los doy a las personas que no conozco.
Lo peor de esta tarde es que ya se ha terminado.
Querido diario, ¡me voy a soñar con él!
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Lucía y el poeta.
RomanceElla es un torbellino, un huracán que a su paso deja todo del revés. Él, un viejo y aburrido joven, de ideas que creía tener claras y enamorado hasta las trancas. Aspirante a poeta bohemio, se conforma con dejarse crecer la barba y soñar de vez en...