-¿A dónde fue Will? -inquirió de repente Abril.
La miré mordiendo mi labio.
-No tengo idea-murmuré-. Estaba aquí hace dos minutos y sólo se fue.
Frunció el ceño y siguió hablando con mi hermana y Benjamín. Estrujé mis manos en mi regazo y disimuladamente regresé mi mirada a Conner, este, casualmente me seguía mirando con una sonrisa plantada en el rostro, mis mejillas se tiñeron rápidamente de rojo.
-¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?
-Un moco-bromeó.
-Dime otra mentira-dije.
-En serio, basta-pedí-. Deja de mirarme así.
-¿Así cómo?
-¡Así Conner!
-No grites mujer, es que no entiendo, si yo te estoy mirando normal-farfulló y mordió su labio para esconder su risa.
Ruedo los ojos.
-¿Quieres bailar?
-Yo no sé bailar-lo miré con cara de inocente.
-Dime otra mentira-recitó mis mismas palabras a lo que no pude hacer más que rodar los ojos-. Bailemos, en serio.
Se levantó de su silla y estiró su mano, invitándome a levantarme. Mi corazón latía fuertemente y por nervios seguían ahí, pero aún así con todo los nervios que él me causaba, tomé su mano y caminamos al centro del salón. Sonaba una canción lenta, romántica y perfecta para éste momento. Sus manos se colocaron en mi cintura, y yo llevé mis brazos alrededor de su cuello, así cómo estábamos era muy cerca. Podía ver sus hermosos ojos azules y oler la delicia de su perfume.
Estar tan cerca de él me daba pequeñas corrientes eléctricas que me erizaba toda.
Nos movíamos al ritmo de la música, lento y suave. Me parecía que este momento era un sueño, pero no, era real, Conner estaba aquí conmigo, bailando y parecía estarlo disfrutando, cómo yo. Dios, cómo amaba a éste hombre. Aún se me hacía imposible de creer que todavía existe algo en nosotros y que, es el padre de nuestros hijos, no puedo sentirme más feliz ahora, me siento completa.
-¿En qué piensas? -cuestiona mirándome fijamente.
-En lo feliz que me siento ahora-digo nerviosa. Mi corazón brincó al verlo sonreír.
-Tú no sabes lo bien que me siento al tenerte entre mis brazos-confesó e hizo que a mi cuerpo le diera un escalofrío de pies a cabeza-. En serio, perdóname. Nunca quise hacerte daño.
-¿Por qué no me buscaste? -inquirí.
Tragué el nudo en mi garganta y esperé a que me respondiera.
-Yo... -se trabó-. No me ibas a dejar explicarte, me pegarías y de seguro me ibas a mandar al infierno, era algo que no quería.
-Bueno... -tenía algo de razón.
Sí estaba segura que lo mandaría al infierno, le hubiera dicho que no lo quería ver más nunca en mi vida y demás, pero, también llegaría al caso que al darme cuenta de mi embarazo yo sería quién lo buscaría a él.
-Te amo-dijo de repente.
Mis ojos se abrieron del asombro y, mi corazón no podía con tanto. Parecía que fuera a salirse de su lugar, mi estómago pareciera tener dinosaurios y yo, bueno, lo único que me pasó por la mente fue besarlo, besarlo cómo si no hubiera un mañana.
Y eso hice.
Lo besé y nuestros labios se movieron lento, parecían estar hechos a la perfección del uno al otro porque, sincronizábamos completamente. El beso fue tierno, lleno de anhelo y amor, así lo sentí. Nos separamos luego de segundos y nos quedamos mirando fijamente, al otro segundo un flash nos impactó en la cara y un paparazzi salió trotando en dirección contraria, tal vez ésto mañana salga en la prensa.
-No te bastó con engañarla, ¿verdad? -escuché a Will y de inmediato volteé a verlo.
Estaba furioso, su rostro estaba rojo por completo y sus manos hechas puño. A mi lado Conner se tensó también y tuvo una batalla de miradas con Will, pero ninguno de los dos decían nada.
¿Qué estaba haciendo Will?
-¿Qué estás diciendo? -pregunté, acercándome a Will.
Unos centímetros antes me detuve, el olor alcohol llegó a mis fosas nasales, haciendo que me dieran ganas de vomitar.
-¿Has... estado bebiendo? ¿Estás borracho?
La mano de Conner aprisionó mi brazo con delicadeza, halándome a él.
-No deberías estar tan cerca, está ebrio y puede hacerte daño.
-Él nunca me...
-¡Eres una bruja! -gritó señalándome.
Pegué un brinco del susto y llevé una mano a mi corazón para calmarme. ¿Will acababa de subirme la voz y llamarme bruja?
-Will, estás ebrio y no sabes lo que dices, ven busquemos a tu hermana...
-¡Estás con un imbécil al que sólo te usa por tu cuerpo! ¡¿Qué no te das cuenta?! ¡Yo te amo Eli, y debes estar conmigo!
-¿Debo? ¡Tú no vengas a decirme qué hacer! Yo estoy con quién me da la gana.
-¡¿Con un infeliz que te montó los cuernos?!
-Cierra la boca-siseó Conner-. No sabes lo que dices,es mejor que te calles.
-Yo nunca la lastimarías, ¿sabes?
Poco a poco la gente empezaba a arremolinarse a nuestro alrededor, esto iba a quedar cómo un desastre y era lo menos que quería.
-¿Podemos irnos? -le susurré a Conner.
-Claro-tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos.
Nos dimos la vuelta pero Conner arrancó su mano de manera abrupta de mí. Volteé para decirle que qué pasó y es cuando veo a Will pegarle un puñetazo a O'Conner en la mejilla.
-¡¿Qué has hecho?! ¡¿Estás loco?!
Conner le devuelve el golpe pero a la nariz, inmediatamente chillo, otra vez.
-¡Conner!
-Ese imbécil no se iba a salir con la suya, nos vamos-zanjó molesto.
Nos detuvimos al llegar a la entrada. Me puse de frente a Conner y observé su mejilla un poco hinchada y roja, ese fue un derechazo realmente bueno.
-¿Estás bien? -pregunté, mi mano se dirigió a la otra mejilla de Conner.
Él cerró los ojos disfrutando del taco, o así lo creo.
-No-negó-. Pero si fuéramos a casa a dormir, me sentiría mucho mejor.
Oh, oh...
¡HUBIERON PUÑETAZOOSSSS! Diablos Will, te pasaste, *chasqueo la lengua*
Eso estuvo mal, mal, mal.
Disfruteeeen ❤
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Secretaria del sexo©
RomanceMiré cada paso que daba aquella mujer que me traía loco sexualmente. Había soñado con ella múltiples veces teniendo sexo, era increíblemente excitante. Y ella estaba al tanto. Quería proponerle sexo entre nosotros nada más, pero no buscaba las pala...