4

96 28 5
                                    

Hyung era el mejor jugador de baloncesto que conocía. Cuando los jugadores del equipo contrario se enteraban que él era el capitán del equipo automáticamente pensaban que por su apariencia física -pues no era el más alto ni mucho menos musculoso, más bien delgado- era un chiste. Pero tenías que verlo para poder creerlo.

Me gustaba asistir a sus partidos y echarle porras porque sabía que eso lo animaba aunque no me lo dijera. Cuando cumplí 12 años iba incluso sin ser invitado, y él caminaba hacia mi terminando de jugar, después nos iríamos a comer pollo frito en una banca del parque donde el sol estaba a todo lo que daba y nos quemaba la piel. Los días eran calurosos incluso si estaba  nublado.

Ese día, cuando terminamos de comer y recogiamos la basura unos chicos se acercaron a nosotros. Parecían muy amigables, al principio.

"Hey, Min. Diste un buen partido hoy." Miré a hyung, estaba tan serio como siempre pero aún así noté algo extraño en su lenguaje corporal. Él retrocedió un paso al escucharlos. El mismo chico se dirigió a mi. "Vaya, es un placer por fin conocerte. Yoongi nos ha hablado maravillas de ti, sobre todo nos ha contado cómo la chupas."

"Basta, Jin." Hyung se interpuso entre nosotros dos, y lo agradecí porque aquel tipo se estaba acercando mucho a mi. "Oye, olvidé que tengo un asunto pendiente." Me dijo.

"Un asunto pendiente ser nuestra puta, ¿eh?" Otro chico, más alto y robusto que el primero soltó esas palabras. Lo odié al instante. No comprendía del todo lo que decía pero veía la mala intención. "Qué forma tan interesante de llamarlo, me gusta."

Yoongi debió haber notado el coraje y la confusión en mi rostro porque sonrió, pero yo sabía que lo hacía para no preocuparme. "Sólo están bromeando." Pero también notó que no le creí nada. "Vete." Su voz fue más seria y sabía que me estaba ordenando, no tuve otra opción mas que asentir y empezar a caminar hacia casa.

Pero no fue lo que terminé haciendo. Apenas pasaron unos minutos me escabullí doblando en una esquina, estuve ahí viendo de lejos. No se había movido para nada, sólo discutían. Creí que sólo estaba siendo paranoico, pero cuando estaba por retirarme de verdad, vi cómo el chico uno golpeaba a mi hyung en el estómago para luego irse caminando los tres, casi arrastrando a Yoongi. Yo sólo podía pensar que hace dos meses se había lesionado un tobillo y realmente tenía que cuidarse o volvería a dejar de jugar.

Los seguí de lejos, jamás voltearon hacia atrás. Caminaron hasta la parte trasera del deportivo, el sol estaba demasiado fuerte y me empezaba a sentir mareado por tanto calor y tanta luz. Me escondí tras una cisterna enorme y procuré no hacer nada de ruido.

Lo obligaron a hincarse, él apenas pudo hacerlo porque el estómago le dolía bastante.

"Mira el lado bueno, perra. Esta vez son dos pollas, ¿cuántos hoyos tienes? Tienes esa preciosa boquita y una vagina muy usada, no será problema para una zorra como tú." El otro chico soltó una carcajada mientras se bajaba los pantalones, sacó su miembro ya erecto.

Nunca había sentido tantas ganas de vomitar. ¿Por qué hyung estaba haciendo esto? ¿Por qué lo permitía? Él siempre me dijo que si un chico me molestaba le dijera y arreglaría todo. Eso nunca pasó pero, ¿por qué hyung no se lo decía a alguien? ¿Por qué no me lo decía a mi?

Estúpido. Era obvio por qué no me contaba nada. Ahí estaba, sólo viendo, con lágrimas en la cara y mi cuerpo temblando debido a los sollozos, pero tan cobarde que procuraba no hacer ruido para que no me pasara lo mismo que a Yoongi.

"Sabes cómo me gusta. Mejor hazlo bien y no nos llevará tanto tiempo." No pude identificar qué emoción mostraba su rostro, sólo vi perfectamente cómo soltaba un suspiro.

"Por favor folla mi boca." Dijo lo suficientemente alto para que yo escuchara.

"¿Y qué más?" Habló en un tono dulce pero a la vez amenazador. Yoongi no volvió a decir nada. "Tienes que verme a los ojos, ¿recuerdas?"  Asintió y subió su mirada. Unos segundos después abrió su boca en grande.

No pude ver más.

Never grow up.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora