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No era una persona que se levantaba temprano, pero justo ese día tenía la necesidad de hacerlo con tal de evitar al apenas adolescente que me tuvo abrazado toda la noche.

Mala idea querer salir por la puerta principal.

"Yoongi." La voz de su madre me recordó el peor detalle de la noche anterior. Ella me vio y yo a ella, pero todavía más importante, ella escuchó lo que su hijo me dijo. Sólo me acerqué a ella sin decir nada, no por temor, sino que no le debía nada a esta señora, ni siquiera sentía respeto por ella. "Sobre lo que pasó anoche..., al menos cada persona en el vecindario lo sabe." Me tomó por sorpresa, no esperaba que iniciara con algo así, se supone que ese era mi secreto, ni siquiera Hoseok lo sabía. Pareció entender mi desconcierto pues luego explicó. "Eres muy... blando y amable, un hombre verdadero no es así. Todos nos damos cuenta de tu forma de ser." La ira comenzó a crecer, a nada de salir por mi boca. ¿Quién era ella para hablar de mi? ¿Quién era ella para hablar de cualquiera? "Hoseok intentó explicarme qué pasó ayer y..., bueno, supongo que te lo buscaste. Fuera de los golpes eso es lo que le gusta a gente como tú."

"¿Tienes algo importante que decir?" Ella rodó los ojos tras soltar un suspiro.

"Escuché lo que Hobi te dijo ayer, debí imaginar que al pasar tanto tiempo a tu lado le enseñarías el tipo de cosas que te gustan. Asi que déjalo en paz si no quieres una demanda por acosar sexualmente a un menor de edad."

"Una demanda..."

"No quiero que mi niño sea como tú, así que alejate." Tragué saliva. Teníamos por lo menos algo en común. Tampoco quiero que él sea como yo, quiero que sea mejor en cualquier aspecto. Él ya lo es en muchas cosas.

"Voy a alejarme de él...", dejé de hablar por un momento cuando vi a Hoseok salir de su cuarto con su cabello todo alborotado y una cara horrible de sueño. Su torpe mano izquierda tallaba su ojo. "Si usted deja de ser una alcohólica y empieza a ocuparse de lo único importante ."

"¡Yo no soy una alcohólica!" Los gritos de su madre parecieron despertarlo enseguida. "¡Lárgate de aquí y no vuelvas, asqueroso homosexual!" Se acercó a mi y me empujó hasta la puerta. Hoseok sólo veía entre ella y yo. Tan pronto reaccionó fue hacia nosotros y se interpuso.

"¡Mamá, déjalo!" La señora Jung bajó la vista hacia su hijo protegiendome de ella y de inmediato lo alejó de mi.

"¡Tienes prohibido acercarte a él, Hoseok!"

La puerta se cerró en mi cara.

No supe nada de mi compañero en todas mis aventuras por lo menos en casi tres años.

Aquello tuvo sus ventajas, pues parece que su madre dejó de beber. Empezó a llevarlo al colegio y también iba por él. Los primeros días dejé que pasara, después creí que sólo sería un tiempo hasta que el vicio volviera a ella. Eso por lo menos no pasó, y Hobi parecía feliz pasando tiempo con su madre. Él no parecía feliz cuando lo topaba en la calle, ponía una cara seria y luego yo me iría caminando rápido para evitarlo. ¿Así es como hago sentir a mi único amigo? Era la pregunta que estaba siempre ahí.

Realmente debo ser asqueroso, su madre también lo es, pero es su madre, ella puede cambiar y yo no. Ella ya tiene a Hoseok de su lado sólo por haberle dado la vida.

Cuando él era pequeño realmente me costó que confiara en mi. Cualquier hombre alto que pusiera una sonrisa que seguramente era falsa, le aterraba. Trabajé tanto para cuidarlo de los violentos hombres con los que a su mamá le gustaba pasar el rato.

Nada de lo que le enseñé o pude enseñarle valía la pena ahora. Hoseok creció y parecía ser mil veces mejor de lo que alguna vez imaginé que podía ser.

Hola, bebés.
Esta historia me duele mucho.
Sí, eso era todo.
Gracias por votar y seguir leyendo ♡.

Never grow up.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora