Podía pasar los días de mi vida en completa tranquilidad cuando no se trataba de Yoongi. Y claro, cuando mamá no estaba siendo demasiado empalagosa y buena.
Pero cuando Yoongi invadía mi mente, me hacía sentir confundido y mal. ¿Era normal que un chico de 14 años tuviera la urgencia de matar a alguien? Jin le hizo daño, y ahora es su jodido novio. En algún rincón de mis recuerdos intento rescatar todo aquello que solía conocer de Yoongi, y busco si es el tipo de persona que perdona fácilmente o sólo no le importa, porque si no lo hace, ¿por qué debería importarme a mi?
Tampoco comprendo la obsesión de Jimin con el sexo y cómo esto me ha ido afectando. No pienso en otra cosa, no puedo (¿quizás me pasó la obsesión?). Si tocó el tema una vez a la semana es suficiente para que mi mente lo mantenga por los siguientes días. Se volvió demasiado incómodo al final, porque antes sólo imaginaba a hyung besándome por todas partes, pero después era él jodiendome y yo lo amaba. Y para culminar, mi inteligente cerebro descubrió que eso sería pedofilia y mamá lo metería a la cárcel. Ni siquiera puedo masturbarme sin pensar en Yoongi tras unas rejas acusado de follar a menores de edad.
Para el final de mis catorce años de vida, unos amigos de Namjoon nos consiguieron follar con unas chicas. Alguna idiotez sobre dejar de ser niño y convertirse en hombre, sonó como mierda pero en el momento no me importó.
Era ella una chica que conocía del cine, a veces servía palomitas o estaba limpiando mesas. Estaba seguro de que no me reconocía pero el que supiera dónde podía encontrarla me dio confianza. Supe que fue, dentro de lo que cabe, una buena elección. Supo de mis fantasías y descubrí gracias a ella que tener algo dentro no se sentía bien para mi, mejor dicho era incómodo y extraño. Llevó condones, habló en un tono tranquilo que me relajaba y brindaba confianza. Estuvo bien.
Pero jamás conseguí tener una erección y ambos volvimos a vestirnos, nos despedimos no de una forma incómoda, ella parecía sentir ternura por mi y en ese punto sólo quería jamás volverla a ver. Tenía vergüenza y no precisamente por haber fallado, sino por haberla puesto en una situación así.
Pensé en él todo el tiempo y me sentí jodido, quería que fuera su cuerpo, sus labios, imaginaba sus gemidos y la reacción de su rostro, estaba enfermo y obsesionado. Sabía que no era normal. Ninguna otra persona de mi edad se sentía así, o al menos no estaba enterado.
Fue así durante los próximos años. Algunos días, en mi mente, yo era otra persona, jamás lo había conocido, en otros era lo suficientemente valiente y tocaba a su puerta, pero Jin siempre estaba ahí. En días malos, pensaba que él merecía lo que tenía por alejarse de la nada, en días buenos recordaba a mi madre diciéndole lo asqueroso que era y yo lo defendía de todo.
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Hoy extrañé mucho esta historia y recordé que tenía capítulos sin publicar.
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Never grow up.
Short StoryAlgunos tenemos que crecer, y si tengo que hacerlo voy a dejarte atrás.