Dylan || Vikingos AU

011; Regrets

Cuando Dylan despertó, tenía un dolor horrible en el cuerpo, lo primero que vino a su mente, fue el brutal castigo que se le otorgó por los ancianos de la tribu, veinte azotes, un record bastante alto, según un anciano, era  proporcional al daño que el le había hecho a su pareja.

Tuvo dos días para pensar, colgado desde sus muñecas, por grilletes que impedían a su sangre fluir con normalidad, y con heridas profundas en su espalda que no podían sanar de forma rápida y que, de hecho, parecían empeorar cada vez más.

En algún punto de su agonía Dylan había recordado que su omega estaba entrando en celo, cuando llegaron a la tribu. La idea de otras personas tocando su cuerpo, oliendo sus feromonas, viendo sus expresiones, le hizo enloquecer, el alfa herido rabiaba por no tener al omega cerca.
El mero instinto le hacía querer verlo, tenerlo cerca, saber que estaba bien, al menos eso se decía Dylan, la verdad era que tanto la parte humana, como la animal estaban preocupadas e iracundas, por saber que pasaba con el omega, el alfa se negaba a admitirlo, pero anhelaba verlo, olerlo, sentirlo.

Dylan entonces recordó las palabras de algunos alfas en su tribu, de como se expresaban de sus parejas como lo mejor del mundo, de como no podrían vivir sin ellas, e incluso de la felicidad enorme e interminable que venía con los cachorros, el recordó como muchas veces había anhelando y rogado a la diosa luna para que su pareja, su otra mitad, apareciera al fin, para terminar con el vacío de su soledad, para amar, para sentirse amado.

Había llorado a la Luna, por noches eternas para tener a su omega junto a él. Se sintió estúpido, al darse cuenta de que, cuando su más anhelado deseo se había cumplido, el habría hecho lo que siempre hacia, ser violento, arruinar las cosas, golpear... el realmente se había atrevido a golpear a su pareja, a su omega, una sensación fría le subió desde la boca del estomago hasta la garganta, se sentía como mierda.

Su alfa gimio lastimero al recordar al chico, era tan pequeño, tan indefenso entre sus manos.

Dylan recordó lo destruido que se veía, lo pequeño, lo herido, recordó verlo temblar en la carroza.

Mierda el chico se había orinado del miedo, Dylan comenzaba a cuestionar si realmente merecía vivir después de lo que había hecho, lo habia lastimado tanto.

La idea de cortar su mano, con la que se habia atrevido a lastimarlo le vino a la mente y realmente no parecía tan mala idea.

Joder, el omega no solo era pequeño, era hermoso, era precioso, era... perfecto, encajaba perfectamente en sus brazos, tenía la boquita más dulce que Dylan hubiese visto jamas, y unos ojos gentiles.

Suspiró  de nuevo, miro al suelo de la celda, el cansancio lo vencía de nuevo, y todo lo que Dylan quería, era ver a su omega una vez más.

Se rindió ante el sueño, con la imagen  de un pequeño omega, cuidando de un cachorro, un niño pequeñito, parecido a los dos, un cachorro que corría por su choza y reía mientras su omega le recibía con una sonrisa cálida. 

"Diosa luna, te lo ruego una vez más, permiteme arreglar todo,puedes tomar mi vida, si alguna vez le vuelvo a lastimar"

Dylan no pensó que sus plegarias serían escuchadas, y que mas tarde, esa noche, despertaria sobre el piso, sintiendose mejor y con un omega, su omega, a su lado.

Hehe hola