¡ʏᴏ ɴᴏ sᴏʏ ᴇʟ ᴛʀᴀɪᴅᴏʀ!

[Capítulo 15]

"Final alternativo"

El chico de orbes verdes estaba confundido, no entendía con exactitud las acciones del aquel rubio de rostro caricaturesco, sus ojos se encontraban en su abusador, aún con miedo a que le hicieran daño a él o al chico del rostro animado.

En el fondo de su ser quería creer que sería libre, ya no recibiría más golpes por hacer algo mal, pero nunca le dijeron que hacía mal, quizás por eso siempre se equivocaba. Su lado razonable le día le decía que el no tendría eso que el llamaba libertad, por que si eso le estaba pasando es por ser alguien de mal, y que estaba pagando sus pecados, o eso fue lo que siempre le dijo su demonio personal.

Sintió como su demonio personal le agarró y lo acercó a él, Izuku no quería volver, simplemente esa idea le destrozada, intento lugar pero el hombre ejercía mucha más fuerza, su cuerpo era lento y logró lanzarlo a donde se encontraba Twice, este lo cargó como saco de papas, Mirio vio esto con desesperación intento esquivar a Afo para llegar donde el chico, el cual forcejaba para  lograr escapar, pero eso no estaba en los planes de Afo.

Este hizo que el héroe retroceda, no podía dejar la batalla, un héroe de pelo negro intentó salvar a su ex/estudiante, pero sus intentos serían nublados al toparse con Dabi, el cual le evitó que llegara a su objetivo.

Ese fue el día en que los héroes no pudieron salvar y que los villanos lograron destruir, el niño de orbes verdes no logró ser ayudado por los héroes, pero los gritos de ayuda del pecoso estaban clavados, sus ojos llorosos y llenos de desesperación por ver su única oportunidad de ser libre llendose a la mierda.

Los villanos se lo llevaban otra vez a su infierno, donde todo sus pesadillas se volvían reales, nadie lo iba a salvar eso era seguro para el de ojos esmeraldas, y los villanos jugarían otra vez en su cuerpo, dibujando horribles obras en su piel.

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Un hombre de rostro deforme se iba caminado con parsimonia por unos elegantes pasillos; abriendo una puerta de metal, en la habitación había una pequeña jaula, donde en su interior se exhibía a un chico de piel pálida, con un hematoma en su ojo izquierdo, su cuerpo delagado y prácticamente esquelético era cubierto por una delgada tela, sucia y desgastada.

Se encontraba en posición fetal, posición la cual no duró mucho cuando la puerta se abrió y lo jalo por su pierna afuera de la jaula, vio la sonrisa de su abusador y desesperadamente quería que la tierra se lo trajese.

Su cuerpo fue expuesto a golpes, esta vez cada vez más fuertes sin poder hacer mucho en su estado, su quirk fue arrebatado ya que el villano veía inservible que ese poder se quedara en un cuerpo tan inútil como ese, cuando el hombre se había quedado satisfecho abandonó le cuerpo del chico en el borde de la muerte.

Su vista estaba nublada, los golpes dolían como el mismísimo infierno, no podía moverse, un joven de pelo cenizo y piel pálida, se agachó donde le pecoso, el cual balbuceaba, y la sangre recorría su rostro, en el cual en su día se mostraba una de las más bellas sonrisas, pero esto fue borrado hace mucho.

Izuku:
M-ma...matame...por...favor — su voz estaba quebrada y apagada —

Shigaraki solo veía con pena al chico, su destrozado cuerpo y el sucio cabello que ahorra ers normal ver en este, acercó su mano al rostro del chico de su rostro.

Shigaraki:
Es hora de que descanses...

Y así fue como su mano toco el rostro del pecoso, este comenzó a desvanecerse en polvo, gracias al tacto, se sentía tranquilo por una vez en su vida. En la mente del pecoso pasó su vida, por fin recordó todo los momentos de su vida o mejor dicho los más importantes, y su débil, quebradiza mente llegó a su última conclusión antes de irse de ese mundo para siempre.

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Los héroes son unos mentirosos, ellos no me creyeron, yo no hice nada malo.
Esta sociedad está mal, yo quería ser un héroe, pero los héroes solo lastiman, los héroes son los culpables de todo.

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Así fue como todo su cuerpo fue desintegrado prácticamente todo, solo quedando su mano, la cual Tomura Shigaraki, o mejores términos Tenko Shimura recogió la mano de este, quedando así una nueva mano en su traje, un nuevo pésame, una vida más que llevaba sobre sus hombros, y solo el sabía eso, todo lo que el chico sufrió, lo lejos que pudo llegar el odio. Todo en una sola mano del ahorra difunto Izuku Midoriya.

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¿Final Malo?

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