Quédate conmigo

El mejor recuerdo

Joaquín

Andrés entró en la habitación con un semblante neutro, su cara no reflejaba ninguna expresión, hasta que se acercó a un lado de la cama me miró fijamente y la tristeza apareció en su rostro.

-Hola amigo, ¿sabes algo? muchas personas han venido a verte, trate de contarlas pero eran como más de 40 en la sala de espera, varios eran parte de tus parientes y varios no, pero debes saber que aunque no compartamos lazos sanguíneos somos tu familia- comenzó a llorar respirando lento -aún tienes una familia Joa- su voz se corto y las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos sin control, me dedique a observarlo y me permití llorar, no me gusta verlo triste, pero no puedo quedarme, lo siento An.

Puedo ver como saca de su pantalón su celular con una mano, mientras con la otra seca sus lágrimas,  después de un rato viendo la pantalla, gira su celular en dirección a mi cuerpo y me muestra una fotografía, en ella se ve mi cara sonriendo en primer plano y atrás está Emilio mirándome como solo él me ha mirado.

-Mira, esta es mi foto favorita de ti, de todas, estabas tan feliz ese día- sonrió con nostalgia -sin importar nada así es como voy a recordarte siempre amigo, feliz, lleno de vida, contagiando con tu magia todo a tu alrededor, iluminando la vida de más de una persona, creo que a veces no te diste cuenta de la importancia que tu existencia tiene en las personas que te rodeamos y amamos- comenzó a llorar de nuevo recargándose en mi brazo inmóvil, me dedique a sonreír con nostalgia ante el recuerdo de aquella imagen que mi mejor amigo acababa de mostrarme. 

El mejor día de mi vida fue uno que ni siquiera me esperaba, antes de que las cosas con Emilio se pusieran mal, en muchas maneras fue un domingo como cualquier otro, pero hubo algo especial, como todos los fines de semana nos reuniríamos con mis abuelos, pero ese día mi papá decidió hacer una comida en casa invitando a todos los familiares y amigos de la familia.

Ahí estábamos en el jardín de la casa comiendo y disfrutando juntos, había algo especial en el ambiente, al voltear a ver a mis seres queridos los ví felices, compartiendo juntos de experiencias y momentos que hemos vivido juntos, mi papá junto con Emilio estaban en la parrilla preparando hamburguesas para todos, mientras mi mamá y Renata ponían música para bailar y servían bebidas, Nicole jugaba con Andrés a aventarse cosas y Leo bailaba con Nike acompañados de varios invitados, incluso mis abuelos mostraban sus mejores pasos en la pista. 

Conforme avanzo el día solo fue mejorando, me alegro mucho ver a Emi conviviendo con las personas más importantes en mi vida y ver lo bien que se llevaban todos, en algún momento cuando comenzó a anochecer a Emilio se le ocurrió que sería buena idea sacar su guitarra y que cantáramos una canción para todos los presentes, y así fue como me senté a su lado y mientras cantábamos juntos todos se acercaron a escucharnos, mirándonos con esas sonrisas con una chispa única en ellas.

Nos cayó la noche y poco a poco la gente fue desapareciendo de aquel jardín, retirándose cada quien a sus respectivas casas, cuando mis papás decidieron que era tiempo de ingresar a la casa  Emilio les pidió permiso para quedarse a dormir con nosotros, ellos aceptaron mirándome cómplices, así que nos dejaron quedarnos en el patio un rato más por lo que aquí estamos solo él y yo mirándonos fijamente a los ojos, cada que estoy así con él siento una chispa recorrer todo mi cuerpo y depositarse en mi corazón, estoy completamente seguro de que encontré a mi persona, no puedo creer que tengo frente a mi al amor de mi vida, en verdad lo amo con todo lo que soy, sé que tendremos un futuro juntos increíble, mis pensamientos se ven interrumpidos cuando un trueno nos saca de nuestro mundo y comienza a llover sobre nosotros.

Emilio tomó mi mano para caminar hacia la casa y refugiarnos de la lluvia pero lo detuve, lo atraje hacia mi, al principio me miro con ceño fruncido, hasta que poco a poco nos sonreímos cómplices, con una mirada entendió lo que quería decirle, no hubo necesidad de decir nada, me tomó suave de la cintura con ambas manos, mientras yo entrelacé las mías al rededor de su cuello, comenzamos a bailar lento bajo la lluvia, en un momento Emilio retiró sus manos de mi cintura para colocarlas en mis mejillas, las acarició con dulzura, se acercó y depositó un beso tierno en mis labios, fue uno de los besos más largos y más mágicos que hemos tenido juntos, al separarnos nos dedicamos una sonrisa divertida mutuamente y comenzamos a bailar como locos, luego iniciamos una pequeña guerra y empezamos a aventarnos el agua que encontrábamos en los pequeños charcos que se habían formado en el jardín. 

Ya dentro de la casa con la ropa empapada después de pasar un buen rato jugando afuera, nos fuimos a mi habitación y sin darnos cuenta de en qué momento pasó estábamos entregándonos por primera vez en cuerpo y alma, todo comenzó con un tierno beso, que poco a poco hizo que la ropa estorbara y nos la quitáramos dejándola regada por diferentes partes del cuarto, sentir sus manos en mi piel aún hace que me estremezca, su mirada llena de amor solo me hacía desearlo aún más. 

En un momento Emi dejó de repartir besos en mi cuello, me miró fijamente -te amo- su voz fue tan suave que hizo que mi piel se erizara.

-Te amo- mi voz salió en un hilo, Emi sonrió sonrojado, pasó su lengua por sus labios y me beso de una manera apasionada, estábamos tocando las estrellas y lo disfrutamos al máximo, esa noche fue la mejor de mi vida, estar junto a Emilio era donde yo pertenecía, esa era la felicidad, pero no va a volver, no volverá a existir.