Juntos siempre

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Emilio 

Hoy ha sido sin duda alguna el peor día de toda mi vida, nunca antes me había sentido tan destrozado, lleno de miedo por perder a alguien, pero Joaquín Bondoni no es cualquier persona, es mi persona, él es la luz de mi vida, en ningún momento desde que lo conocí había siquiera considerado la idea de no tenerlo a mi lado, si fui un idiota y pensé solo en mí, nos distanciamos y eso me dolió pero sabía que de alguna u otra forma arreglaríamos las cosas y estaríamos juntos siempre pero ahora eso podría no pasar, si él se va de esa forma, si deja de existir no habrá vuelta atrás, no tendré forma de recuperarlo y eso me aterra y duele de una manera que me sorprende a mi mismo. 

En este momento me encuentro aquí frente al amor de mi vida, mi Joaquín rogándole que se quede, que no se vaya, creí que sería una buena idea cantarle la canción que le escribí como una forma de demostrarle que lo amo, que aún tiene un motivo enorme para quedarse, sé que su vida se destrozó hoy, sé que será difícil para él despertar sin su familia, podrá llegar a sentirse solo, lo entiendo, pero yo estaré aquí para él, siempre, no me iré de su lado y no quiero que él me abandone, es mi hogar, a su lado lo tengo todo y quiero que él sienta lo mismo conmigo.

Cuando termino la canción que le escribí con todo mi corazón, lentamente tomo la mano de mi hermoso chico, si es hermoso a pesar de estar aquí, con golpes en la cara y conectado a esa máquina que lo mantiene aquí, conmigo, con vida, estoy desesperado por hacerlo despertar, me siento tan impotente porque si soy honesto conmigo mismo no hay nada más que pueda hacer, solo esperar que él quiera volver a mi lado.  

-Desearía haberla terminado antes para que pudieras escucharla, aunque quizás si lo hiciste- limpió las lágrimas que salieron de mis mejillas, sé que me escucha, o eso creo, pero me gustaría saber que piensa, que siente, que le pareció la canción, si le gusto, si pudo sentir el amor que le tengo a través de la letra, lo necesito conmigo. 

Con el corazón latiéndome con fuerza por dejar salir todo lo que siento por Joaquín a través de la canción bajó mi guitarra al piso, para tomar nuevamente su mano y recargarme en ella mientras dejo que mis lágrimas caigan una vez más, siento que lo estoy perdiendo para siempre, cada minuto qué pasa lo siento más lejano a mi y la idea de que sus ojos se mantengan cerrados para siempre invade mi mente y me destroza el alma, puedo sentir como cada latido de mi corazón pide a gritos al suyo seguir latiendo, seguir manteniendo con vida a mi hermoso chico para que la mía siga teniendo sentido. 

 -No me iré Joaco, me quedaré aquí a tu lado, hasta que despiertes, por favor, mi amor, Joaco, por lo que más quieras, te lo pido, quédate conmigo- hablo desesperado, rogándole con la poca fuerza que me queda, quiero gritar pero sé que eso no servirá de nada, así que tranquilizándome un poco llevo su mano a mis labios y dejo un tierno beso en ella, la bajo lentamente y de repente lo siento, Joaco aprieta mi mano, ¿es una alucinación mía? ¿un reflejo de su cuerpo?.

El sonido de la máquina que marca los latidos del corazón de Joaco comienza a hacer un sonido extraño y marca un ritmo bastante rápido, en ese instante me asusto como nunca antes en mi vida, ni siquiera cuando recibí esa llamada avisándome del accidente me sentí tan aterrado como ahora, levantó la mirada lo más rápido que puedo hasta encontrarme con la de él, sí al fin vuelvo a ver esos hermosos ojos cafés mirándome con confusión. 

-¡Joaco!- es lo único que alcanzo a decir esbozando una sonrisa, me lancé sobre él para abrazarlo sin pensarlo, Joaco se mantuvo inmóvil entre mis brazos pero no le di importancia, mi cabeza solo podía pensar que poder ver de nuevo sus ojitos mirándome le regreso la vida no solo a él, también a mi. 

El doctor entra corriendo acompañado de un grupo de personas que visten de blanco como él, miran con asombro a Joaco y se acercan a él, una de las enfermeras que entro acompañando al doctor me mira y me pide que salga de la habitación, la escucho pero no le hago caso, me alejo de su cuerpo para que puedan revisarlo bien, pero no me voy, me quedo mirando fijamente los ojos de Joaquín que también me miran, sigue con una expresión confundida y quiero acercarme a él para explicarle todo pero una mano me detiene y me lleva afuera antes de que pueda hacer algo más. 

Cuando veo que cierran la puerta de la habitación en mi cara me tiro al piso con alivio, volvió el amor de mi vida, no me dejó, sigue aquí y yo no lo voy a dejar, nuestro amor es más fuerte que todo y nada nos vencerá, no puedo quitar la sonrisa de mi rostro, ahora empiezo a llorar pero no es de tristeza, no más, es de emoción, de alegría, miró fijamente la puerta observando como los doctores y enfermeras se mueven de un lado a otro, anotan cosas en sus tablas, miran los monitores de Joaco y lo revisan a él, sonrío de lado dejando salir un suspiro y le hablo como si pudiera escucharme -gracias mi Joaco por quedarte, yo también me quedaré a tu lado siempre- y eso no es una promesa, es un hecho. 

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora