Sin motivos

546 42 3
                                    

Joaquin

Me encuentro sentado en el escritorio de mi habitación, eligiendo los bocetos y diseños que voy a mandar a California, así como escribiendo el ensayo que me pidieron como requisito, no sé por donde empezar, los nervios y la emoción de poder entrar me invaden. 

Dejo que mi corazón hable por mi, comienzo hablando desde los más profundo de mi ser, dejándome llevar por mis dedos sobre el teclado sin pensar mucho en las palabras, solo dejando que estas fluyan y permitan que me exprese sin filtro, cuidando la redacción, la ortografía y cada detalle que pueda ayudar a alcanzar mi sueño. En ese momento después de apretar al botón que decía "enviar" estaba por hacer realidad un sueño, ahora solo debía esperar una respuesta.

Ya ha pasado tiempo de que envíe mi portafolio y aún siento en mis dedos la emoción de escribir aquella carta que me podría dar acceso a cumplir mi sueño, en este momento me encuentro en el estudio de Emilio, sentado a su lado mientras él toca la guitarra y canta con su hermosa voz, no puedo evitar sonreír y disfrutar de aquel momento juntos.

-¿Cómo vas con tu proceso de admisión?- su cara mostraba interés y eso me hacía feliz porque me daba alegría pensar que él se interesa por mis sueños como yo lo hago con los suyos.

-Solo me deje llevar, escribí desde mi corazón y mande los que considero mis mejores bocetos y diseños ya terminados, solo tendré que esperar, pero mientras dime, ¿porque no me has querido cantar la canción que escribiste para mi?- quise desviar el tema porque a pesar de que me emociona y él muestra interés se que le duele como a mi pensar en distanciarnos así que para evadir el tema recuerdo que hace días Emi me confesó que había escrito una canción para mi pero que esperaba el momento perfecto para cantármela.

-Aún no está terminada moco, además no ha sido el momento perfecto, tendrás que esperar mi niño bonito- los dos nos reímos un poco y de un momento a otro hubo un silencio extraño y me atreví a tocar el tema de nuevo, sé que fui el primero en cambiarlo pero no puedo evitar pensar y hablar de eso, los nervios me sobrepasan.

-No creo que me admitan sabes, cientos de personas mandan solicitud, así que no tendré que elegir- mi voz sonó algo débil y mantuve la mirada en el techo mientras hablaba. 

-Pero si te aceptan la decisión ya está tomada, ¿no?- lo miré con tristeza - Joaco por favor, no voy a ser el idiota que te impida ir a California, si fuera yo me dejarías ir- dejó la guitarra a un lado y se acercó más a mi para acurrucarnos juntos en el sillón. 

-En cierto modo ya te deje ir- dejé escapar un suspiro -tú te vas a tu propia California-
dije refiriéndome a cuando sale de gira por semanas, Emilio tomó mis manos y lo que dijo después me hizo estremecer.

-Pero sigo aquí, enamorado de ti- me miró con esos ojos de amor con los que siempre me ha mirado, no puedo evitar mirarlo de la misma manera y dejar un tierno beso en sus labios.

-También yo- fue lo único que pude decir antes lanzarme sobre él y abrazarlo con todas mis fuerzas. De nuevo somos felices y sé que juntos lo seremos siempre. 


Veo a Nicole caminando por el hospital, al parecer ese recuerdo lleno de felicidad me duró poco, la sigo y llegamos a la azotea en donde encontramos a Emilio viendo la enorme ciudad y como se ilumina de noche.

-Aquí estas, te estuvimos buscando- nuestra amiga interrumpió los pensamientos de Emilio llamando su atención -creo que tu concierto se canceló- dijo colocándose a un lado de el chico recargado en la orilla de la azotea.

-¿En verdad importa?- estaba muy alterado, casi grito y tenía los ojos llorosos -lo lamento es que- suspiró apretando los puños sin dejar de ver hacia el frente.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora