Dominic Moldovan.
Está haciendo un frío encantador, el cielo está totalmente nublado y sólo se alcanza a ver una parte de la luna brillante y blanca.
Si, es una noche hermosa.
—Cállate, nadie te estaba pidiendo opiniones a ti, ser despresiable—Contesté y froté mi cara con frustración.
Si te escucharan hablando conmigo creerían que estás loco pequeño Dominic, muy loco.
—Asi es, por eso intento ignorarte todo el día pero no lo haces nada fácil ¿Crees que es lindo escuchar tu voz ronca y estruendosa todo el tiempo?—Le pregunté.
¿Y tienes más opciones? Creo que no. Además sabes que si empiezo a aburrirme te voy a hacer sufrir pequeño.
Cuando dijo eso sentí un ardor terrible por toda la espalda—¡Basta! Eso duele, estoy lleno de marcas por tu maldita culpa ¡Largate ya!
No.
—Bien, almenos no me molestes más por hoy, tengo una fiesta—Le pedí.
¿Y que me importa que tengas una fiesta niño estúpido?
—No quiero quedar como idiota frente a todos.
Bien, si no te molesto en la fiesta me dejarás tomar tu cuerpo hasta el amanecer.
—¿Prometes no hacer nada malo?—La vez pasada que tomó el control quemó la oficina del director de mi secundaría.
Soy un demonio ¿Que quieres? ¿Que me ponga a rezar o a hacer tareas?
—Sólo no mates a nadie por favor—Su asquerosa risa resonó por mi cabeza.
Bien, no mataré a nadie. Aburrido.
En ese momento se abrió la puerta principal de la torre B y de allí salió uns hermosa chica de piel morena con un vestido blanco que resaltaba sus curvas, caminaba con gracia y elegancia y con una hermosa sonrisa en el rostro.
Y atrás de ella venía Adalia Spooner, una chica con la elegancia de una piedra. Sus delgadas piernas temblaban sobre esos tacones vino tinto altos, parecía que se fuera a caer en cualquier instante.
Su vestido era simple y negro, hacia que su figura se viera rectangular y el color la hacía ver aun más flaca de lo que ya es. Se veía como un saco negro de huesos pero aún así, algo linda.Ella es hermosa.
—No exageres—Respondí y ellas dos voltearon a verme.
—¿Qué dijiste?—Preguntó Adalia.
—Nada, olvídalo, vayamonos ya—Le respondí fríamente y ella suspiró.
Adalia Spooner.
Lia estaba asombrada contemplando a Dominic, y él le sonreía y le decía cumplidos mientras caminabamos, yo caminaba detrás de ellos con los brazos cruzados intentando ignorar sus coqueteos.
—Adalia tiene mucha suerte de tener a una compañera de habitación tan hermosa—Le dijo y ella soltó una pequeña risa. Luego de unos pasos más llegamos hasta la piscina, caminamos junto a ella y fuimos a los vestidores de hombres.
—¿Que diablos hacemos aquí?—Le pregunté a Dominic y el hizo una seña con la mano para que me callara.
Lo seguí junto con Lia hasta el último casillero, con el número 26. Él lo abrió y estaba vacío, abrí la boca para reclamar pero volvió a decirme que me callara, despegó el fondo del casillero y dentro de este habían unas largas escaleras iluminadas con un pequeño bombillo amarillo.
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El chico en el techo©
Storie d'amore¿Qué es un demonio? Normalmente se define como algo sobrenatural y no humano, que usualmente resulta ser malévolo. ¿Cómo reconocer a un demonio? Esto es algo difícil, son buenos simulando ser normales, algo que permite reconocerlos es mirarlos fijam...