𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍

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Sanha observaba a Félix. ¿Cómo podía ser posible que sus sentimientos por Dongmin se vieran en juego? Lo extraño era que acababa de conocer al rubio y no podía explicar el por qué le llamaba tanto la atención, pero de todos modos lo hacía. Esperaba que el timbre tocara de una vez, quería irse y poder ver a Dongmin para pedirle disculpas, después de todo él no sabía de sus sentimientos. De pronto, Félix tomó su mano. ¿Por qué? Los nervios se apoderaron de su cuerpo y su rostro tomó color.

— ¿Estás bien? Pareces algo preocupado. — Dijo el rubio, acariciando su mano.

— E-Eh... Sí, sólo que necesito hablar con alguien y me pone nervioso que el timbre no toque nunca. — Rascó su nuca, intentando desviar la vista de la del pecoso.

— No te preocupes, el tiempo pasa más rápido si no piensas en el.

Quizá Félix tenía razón. ¿Y si mejor pensaba en las miles de razones por las que le gustaba Dongmin? O quizá... En sus nuevos sentimientos hacia el chico de pecas que tenía a su lado. Era poco probable que Dongmin lo viera de otro modo, era mucho más probable que cayera un meteorito justo sobre él, a eso. Dejó caer su cabeza. ¿Y si intentaba enamorarse de alguien más? Félix era lindo, gracioso, con una voz que conquistaba a cualquiera, un rostro super tierno y lo más hermoso, sus pecas. Sonrió, las pecas del contrario podían formar una galaxia en su rostro, eran como las estrellas en las que Sanha buscaba constelaciones. Félix era muy lindo... Y quizá... Le gustaba.

Dongmin no veía la hora de salir, estaba ansioso de poder ver a Sanha. Myungjoon sólo reía mientras Jinwoo recitaba varias veces frases que había escrito en sus hojas, demasiado estudio para el pobre peli-rojo. La música de salida se hizo presente y Dongmin corrió a su auto, básicamente trataba de ir lo más rápido posible para llegar a buscar a Sanha a su colegio. Lo esperó en la salida, pero no lograba divisarlo de modo que se acercó a un grupo de chicas que lo estaban observando.

— Hola, un gusto, soy Dongmin. — Hizo una reverencia y las chicas rieron haciendo una también, que raras. — Buscaba a un chico llamado Yoon Sanha. ¿Por casualidad no lo han vist... — Dongmin no pudo terminar de hablar que unos brazos rodearon su cintura.

— ¡Hyung, lo lamento mucho! Enserio quería abrirte anoche pero me sentía algo descompuesto y enserio lamento por no habértelo dicho antes. — El menor habló tan rápido cerrando sus ojos que apenas entendió.

— Oh pequeño, no pasa nada. ¿Te gustaría ir a comer un helado conmigo? — Preguntó acariciando el cabello del castaño.

— Sí, me encantaría. — Sanha elevó su cabeza sonriendo.

Ambos se dirigieron al auto del peli-negro mientras se oían risas de aquel grupo de chicas y sonidos de sus teléfonos, estaban tomando fotos. Sanha quería abrazar el brazo de Dongmin, pero le daba pena después de haberlo abrazado tan repentinamente. El mayor estacionó su auto en una linda heladería, Spring Day de BTS estaba sonando en la radio. Dongmin comenzó a cantar disimuladamente pero Sanha lo oía mientras este veía el menú para saber que tipos de helados había. Pronto pidieron sus helados y se sentaron en una banca de un parque que estaba cerca.

— Hyung. — Llamó su atención. — ¿Te gusta BTS?

— Claro, su música es increible. — Sonrió. — Planeaba ir a verlos a Japón, supongo que iría con Hyunjin. ¿Tú irás?

— No... No tengo tanto dinero como para pagar la estadía, la entrada al concierto, al meet and greet y un regalo para ellos. — Suspiró agachando su cabeza. — Y tampoco tengo quien cuide de mi abuelita.

— Yo puedo pagarte todo eso y puedo pagarle a Nayeon para que cuide de tu abuelita. — Sonrió emocionado, viajar con el menor sería algo increíble para acercarse más a él.

𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora