𝐄𝐋𝐄𝐕𝐄𝐍

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La mañana era aburrida para Dongmin. Sin Sanha las cosas eran distintas y en un sábado, no tenía nada que hacer si el menor no quería hablarle. Hyunjin estaba enfadado con el castaño, no quería verlo después de lo sucedido así que sólo veía a Chan cuando este iba a su departamento. Sanha salió, Minhyuk lo había invitado a pasar un día en el parque de diversiones y eso no le parecía tan mala idea, debía relajarse.

— Sanha hyung, quiero algodón de azúcar cuando lleguemos. — Habló Chan sonriendo.

— Está bien pequeño, te compraré lo que desees. — Tomó la mano del menor sonriendo, Chan era lo único que lo hacía feliz en ese momento.

— Sanha... ¿Que harás con Félix? Él no me agrada. — El menor hizo una mueca para luego pulsar el botón del elevador.

— A mí tampoco me agrada ya, así que no quiero hablarle. — Rió entrando al elevador. — Pero no hablemos de eso, mejor hablemos de lo delicioso que te cocinaré esta noche.

— ¡Comida!

Dongmin observaba desde el balcón como el castaño se iba en un taxi, estaba nervioso de con quién podría estar. ¿Cómo pudo ser tan idiota? Sanha le había enviado cartas demostrándole todo su afecto y aún así había desconfiado de él. Suspiró sujetando su cabeza, estaba perdido, no conocía al menor desde mucho tiempo pero debía admitir que lo amaba, amaba todo de él y no tenía manera de negarlo. Una pequeña cabellera negra se asomó a su lado, Hyunjin estaba molesto, pero no con quien debía estarlo.

— ¿Por qué lo observas? No deberías ver a quien te dañó. — Dijo el menor, observando el auto irse.

— Él no me dañó... Yo lo dañé a él. — Dijo, rascando su nuca.

— ¿Por qué dices eso? — El menor lo miró con confusión.

— Porque ¿y si fue Félix quien lo besó y no al revés? No le di tiempo de explicarme y además, ¿por qué haría eso si aún me enviaba cartas? — Se sentó en un pequeño sofá que había en su balcón y dió un largo suspiro, cada vez sonaba más tonto no haber querido escuchar al menor.

— Eso es verdad... ¿Y por qué no hablas con él? Ya es hora de que dejes tu plan fallido y tu cobardía, tienes veintiún años, no trece. — El menor rodó sus ojos cruzándose de brazos.

— Y tú tienes seis, no dieciocho. ¿Por qué me hablas de ese modo? — Rió.

— Es que no reaccionas, ya termina el bobo plan de la canción y ve a pedirle perdón. — Bufó el menor.

— Está bien, no te enojes.

— Hoy van a un parque de diversiones por lo que oí, así que iremos y te disculparás con Sanha. Muévete.

— O-Okay.

Sanha y Chan caminaban por el parque de diversiones buscando a Minhyuk, pero este no se hallaba en ninguna parte. A veces era muy irresponsable y olvidaba sus compromisos, pero esta vez lo había dejado tirado cuando le había asegurado ir, más de diez veces. Ambos se sentaron a comer algodón de azúcar, no les quedaba más remedio que quedarse, suponían que sería buena idea ir a los juegos ellos solos y divertirse un poco. Chan sugirió la montaña rusa y mientras él iba emocionado a hacer la fila, Sanha temblaba como un flancito recien hecho. Dongmin y Hyunjin corrían por el parque buscando a los otros dos, eran más difíciles de encontrar de lo que pensaban.

— Hyung, Channie está formando para la montaña rusa, vamos ya o nos robaran el puesto.

El pequeño básicamente lo arrastró hasta la fila y cubriendo sus caras con unos barbijos y gorras, se pararon detrás de Sanha y Chan. Era raro que fueran vestidos así, pero la cosa era que no los reconocieran aún, debían asegurarse que ambos subieran y así el mayor podría hablar con Sanha sin ningún problema. Chan volteó a ver quienes estaban detrás y tocando el hombro del contrario habló.

𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora