Una cara de horror era lo único que pintaba en todo su rostro, su mente divagaba entre preguntas que pudieran darle una explicación ante la imagen que frente a ellos danzaba, haciéndoles un señalamiento de lo mal que estuvieron haciéndolo desde que regresaron.
En su cama de sedosas y finas cobijas color verde reposaba el poco cuerpo que quedaba de Draco, lo habían visto delgado, pero jamas hasta los huesos como en ese momento. Su piel se pegaba a su rostro y hasta formaba pequeños huecos en donde deberían estar sus cachetes.
El primer sonido desde que habían abierto la puerta fue el llanto de Pansy, que sin poderse contenerse más, dejo salir todo lo que dentro de ella sentía. Su amigo, su hermano y su pequeño ángel parecía casi al borde de la muerte, aun notaba una respiración demasiado forzosa de su parte.
Blaise se fue acercando de poco en poco hasta la cama, al estar frente a la figura de su amigo, por primera vez Draco abría sus ojos, sus orbes que antes eran casi plateadas ya no brillaban, solo eran un gris oscuro que le miraban ausente. Con todas sus fuerzas trató de contener sus emociones que amenazaban con salir en forma de sonoros llantos.
—¿Cuánto llevas sin comer, Drac?.– Cuestionó con voz estrangulada.
Silencio, el rubio no hablaba, solo le miraba, pero por su mente bombardeaban muchísimas respuestas, pero en su cuerpo no había la suficiente fuerza para hablar.
Los chicos se miraron, no sabían que hacer, su amigo llevaba 10 días encerrado en su habitación, no se habían preocupado pues siempre todas las bandejas de comida eran entregadas con diversas sobras que les asegura ingiera alimentos.La preocupación comenzó cuando los profesores empezaron a quejarse el martes que Draco no había mandado sus asignaciones.
Creyeron inocentemente que quizás el chico estaba cansado o molesto, jamás pensaron encontrarse con tal escena.Lento, Draco acercó su mano huesuda, poniendola encima de la suya, al dirigir su mirada a este sentía la súplica en sus ojos, no sabía qué quería decirle.
En ese momento se acercó Theo quien hasta el momento no había dicho palabra alguna. Le dirigió una severa mirada, parecían hablar a través de sus pensamientos y finalmente asintieron.—Draco, vamos al gran comedor o a la enfermería.– Expresó el moreno, mientras que con ayuda de Nott trataban de sentarlo lentamente.
¿Con esta apariencia? No, están locos.
—No te preocupes, usaremos el hechizos que estuviste usando ante todos, pero con la promesa de que comas.
El rubio soltó un suspiro de alivio y con la poca energía guardada asintió, mientras dejaba que los chicos posicionarán sus brazos por encima de sus hombros y con visible temblor en sus piernas por el esfuerzo.
Pansy susurraba algo, parecía ser el hechizo para crear alucinaciones.Con dificultades lograron salir de las mazmorras. En el camino al comedor recibieron una que otra mirada curiosa, pero nadie decidía decir nada, quizás eran por sus suaves pijamas de osos o porque sus compañeros tenían que ayudarle a andar.
Al llegar a la entrada del comedor se detuvo, haciendo que sus tres amigos le imitaran y dirigieran su mirada curiosa hacia el chico.
—Dejenme entrar andando, por favor.– Respondió en un pequeño susurro casi inaudible.
Los tres parecieron dudarlo un momento, pero el rostro del chico sólo expresaba suplica y dolor, con pesadez aceptaron y cuidadosamente fue soltandose de ellos.
Entre temblores y torpeza logro llegar a la puerta ya abierta, casi nadie dirigió su mirada a él, pero podía sentir una proveniente de la mesa de Gryffindor, no quería voltear, pero su curiosidad era más fuerte.Entonces sus miradas conectaron, ahí estaba Harry viéndolo con alivio, preocupación y... ¿Cariño?
Draco estaba rebosante de alegría, hasta sentía pequeñas ganas de que le viera comer y como agradecimiento estaba por regalarle una pequeña sonrisa.Antes de si quiera hacer una pequeña mueca sintió como todo su mundo daba vueltas, pronto sintió oscurecer y como su cuerpo caía contra el suelo.
En ese momento la preocupación de Pansy fue mayor, desconcentrandola de dirigir su magia hacia el chico.Todos voltearon horrorizados ante tal escena, el grupo de Slytherin veían con miedo a su amigo tirado contra el suelo y las demás casas comenzaban a murmurar, nadie quería acercarse, les daba miedo y asco el cuerpo hasta los huesos.
O casi todos, entre toda la conmoción el azabache se acercó con lágrimas saliendose de su rostro, no planeaba ocultarlo ante las miradas que ahora criticaban, Draco necesitaba ayuda.Con cuidado tomo al rubio entre sus brazos, recargando su cabeza en el hueco que se formaba entre su cabeza y sus hombros, siendo seguido por los tres amigos del chico avanzó lo más rápido que pudo hacia la enfermería, no quería perder a Draco, no quería que se fuera de esta manera, con su cuerpo y pensamiento atormentandolo o sin saber el amor que azabache le profesaba.
Al llegar a la enfermería pateo la puerta con todas sus fuerzas mientras que con desespero llamaba a gritos a Madame Pompfrey.
La mujer estaba lista por soltar su molestia cuando dirigió su vista hacia el chico entre los brazos de Potter.
Alarmada le exigió recostarlo en una camilla mientras preparaba sueros y distintos pures, a la vez que le pedía a Nott que sacara distintos utensilios de un cajón, entre los cuales resaltaba un tubo y lo que parecía una pequeña llave.El azabache trago hondo, sabía lo que era y para que servía, tendrían que alimentar a Draco mediante una sonda, sus nervios solo aumentaron en sobre medida.
Al estar todo listo y cerca del joven Malfoy, Pompfrey saco a los cuatro chicos de la enfermería, pues no querían presenciaran lo siguiente que iba a suceder.Querían protestar, pero no podían, sabían que debían permitir toda ayuda posible al chico y en silencio, con el alma a punto de salir de sus corazones quedaron frente a la puerta.
A los segundo aparecieron Hermione y Ginny, quienes corrieron a abrazar al chico de lentes, quien sin poderse contener más, solto todo lo que contenía, gritos y sollozos salía de si.—No quiero perderlo, lo amo.– Expresó el moreno.
Los tres Slytherin lo vieron sorprendidos, sabían que Harry tenía cierta obsesión por su amigo y que este le correspondía en silencio, pero no esperaban que los sentimientos del chico llegaran a ese nivel y sin poder aguantarlo más, comenzaron a llorar y desear con todas sus fuerzas que su amigo pudiera mejorar.
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La culpa se suelta, no se vomita.
Fanfiction⍣ ೋ Draco no podía dejar de mirarse al espejo, todo su cuerpo clamaba por comida y su mente gritaba por vomitarla. Oh, querido Draco, te quieres deshacer de la comida o es la culpa la que quieres purgar? ¿Haz querido cargar con el peso de tu bando...