- - - - ---:꒰ Chapter Nine꒱:

5.1K 541 34
                                    

Se encontraba nervioso, demasiado haciendo casi innatural sentirse de esa forma.
Su mirada viajaba de la entrada al comedor y el camino que lo llevaría a las mazmorras. Después de tres semanas en enfermería, había logrado obtener el peso necesario para convencer a miss Pomfrey de dejarle salir al comedor con sus amigos.

Ese día les prohibió las visitas tanto a sus amigos como a su novio, llego a reír de forma inocente al escuchar como entre todos se quejaban, pero estaba bien, quería ser una sorpresa para ellos ese día.

Era la hora del almuerzo, ya todos se encontraban dentro, pues había salido unos minutos después de iniciada la hora del almuerzo.
Sentía sus delgadas manos sudar y quizás otras partes de su cuerpo bajo el uniforme. Repetidas veces respiro lo más profundo posible y sabía que no tenía todo el día o sería esperar hasta en la noche.

Dudoso, pero apresurado abrió rápidamente la puerta del lugar, captando más atención de la necesaria, al entrar busco con la mirada a Harry en la mesa de Gryffindor, quien desde su lugar le miraba un poco confundido y justos frente a él y sus dos amigas de casa, estaban Zabini, Theo y Pansy, al sentir la mirada de ellos no pudo hacer más que sonreirles con alegría.

Listo para comenzar a caminar, vio como todos y otros Gryffindor que recordaba haber visto con Harry, se acercaban entre todos y sin previo aviso, formaron un círculo a su alrededor y entre todos abrazarlo de forma leve pero calidad. Su rostro era de sorpresa total y con algo de miedo, se acercó al primero cuerpo conocido, el de Harry, sus manos temblaron al rodearlo con sus delgados brazos, tenía miedo de que todo fuera una ilusión.

Y entonces sin aviso alguno, lágrimas rebeldes salieron de sus ojos mientras disfrutaba del tacto y cariño que estaba recibiendo.
Todos se separaron y le vieron un poco confundidos, Draco Malfoy lloraba ante ellos, en otros momentos hubieran reído de esto, pero ahora no, se sentían feliz, pues sabían no eran lágrimas de tristeza.

—Yo, no sé, esperaba salir y solo encontrarme con mis amigos y mi novio.– Esto último lo dijo mientras tomaba la mano del moreno, quien se sonrojo al sentir la mirada de Draco sobre él. —Gracias por esta cálida bienvenida, en serio, creía que era broma de Harry la preocupación que me contaba sentían algunos y me han dejado sin palabras.– Finalizó entre leves risitas nerviosas que fueron imitadas por los presentes.

Todos le vieron enternecidos, entre sonrisas y lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. Admitían era extraño del chico y se sentía bien de poder empezar a conocer esa parte del rubio.
Harry empezó a guiarlo a la mesa donde todos estaban y lo primero que hizo al sentarse fue tomar diversos pedazos de comida para ponerlos sobre su plato.

Mientras otros continuaban entre pláticas animadas, sentía como sus amigos y su novio le observaban, una mirada de duda se dirigió a los 4, quienes rápidamente bajaron o voltearon sus rostros hacia otros lugares tratando de evitarse descubiertos. Otra risa inocente salió de sus labios mientras comenzaba a partir su comida y de poco en poco ingirirla.

Su mirada se lleno de alegría y melancolía al sentir los alimentos pasar, sin asco ni arcadas que le dijeran que pronto iba a tener que vomitarla.
Con una gran sonrisa en su rostro volteo a ver a los tres chicos que le miraban contentos y una Pansy que no se tomaba las molestias de ocultar sus ojos aguados por las lágrimas.

Con una gran sonrisa en su rostro volteo a ver a los tres chicos que le miraban contentos y una Pansy que no se tomaba las molestias de ocultar sus ojos aguados por las lágrimas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus pasos eran lo único que resonaban por el pasillo, a su lado se encontraba Harry, quien de vez en cuando le dedicaba pequeñas sonrisas. Iban tomados de la mano, solo escuchando sus constantes respiraciones.

Se detuvo, estaban cerca del baño que el rubio tanto frecuentaba. Primero vio en su dirección y luego a su novio, a quien antes de entrar le regalo un corto beso en las mejillas, para comenzar a guiarlo dentro.

Entraron como si fuera la primera vez en el lugar, mirando cada rincón, lavabo y cubículo del lugar. Siempre la miraba de Draco volvía a Harry, regalandole sonrisas para reconfortarlo.
Los recuerdos malos se amontonaban sin fin en ese baño, hasta antes de la situación de Draco, pero había uno que les encantaba y le daba ese toque, la primera vez que Harry abrazo a Draco.

Con ayuda del azabache se subió a uno de los lavabos para sentarse y quedar frente a frente del chico.
Durante cortos minutos se mantuvieron en silencio, Draco con los ojos cerrados y sus delgados dedos recorría el rostro de Harry entre leves caricias, quería sentirlo, el calor que emitía y sus toscas pero bellas facciones.

Al llegar a la barbilla los abrió, encontrándose con los ojos esmeralda de Harry y su mirada cargada de cariño, lo hizo sentir como su corazón se llenaba ante este corto gesto.
Entre sus manos acuno sus mejillas y acercó su rostro al suyo.

—Me encantan tus ojos, su brillo, su color y lo mucho que transmiten.– Susurro el rubio. —Pero hay algo que me encanta más.– Dudoso posición sus labios sobre los del moreno y como si fuera su primer beso, inicio leves movimientos algo torpes, siendo correspondido a los segundos por Harry.

Al separarse se vieron con una leve sonrisa en el rostro.

—Cuando estuve dormido, estuve en Hogwarts, solo y era tan tranquilo, podía estar en cualquier parte del castillo sin sentirme juzgado y comiendo sin miedo. Pero hubo algo mejor, cuando dormía, si, dormía más. Podía escucharlos, pero hubo alguien en especial, tú. El último día te escuché hablarme, no podía creer lo que escuchaba hasta que sentí que me besaste y decidí que era hora de volver.

Harry lo escucho atentamente, sus ojos brillaban por la lubricación que las lágrimas habían esparcido sobre sus ojos.
Listo para volver a besar al rubio, fue detenido por este, que a centímetros de juntar sus labios, posicionó uno de sus dedos sobré los del contrario.

—Quería agradecerte por salvarme, Harry.

Seguido de esto obtuvo como respuesta los cálidos labios del moreno sobre los de él, que se movieron lento pero preguntó sobre sus delgafos labios, haciéndole sentir tranquilo y seguro. Podía hasta confesar que sentía todos sus sentimientos de amor ser transmitidos en ese casto e inocente beso.


La culpa se suelta, no se vomita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora