⍣ ೋ Draco no podía dejar de mirarse al espejo, todo su cuerpo clamaba por comida y su mente gritaba por vomitarla. Oh, querido Draco, te quieres deshacer de la comida o es la culpa la que quieres purgar?
¿Haz querido cargar con el peso de tu bando...
Llevaba horas soñando en la oscuridad nuevamente, estuvo esperando a que Harry apareciera como Pansy le había dicho, pero no fue así, quizás solo fue una broma de parte de su amiga.
Estaba listo para despertar, cuando sintió que alguien le tomaba de la mano. La curiosidad de saber quien era le lleno, así que aguardo unos segundos esperando a que esta persona hablara.
—Miss Pomfrey nos cuenta que a veces pareces sonreír entre sueños. ¿Es demasiado cómodo donde estas? ¿Esto es lo que deseabas al causarte todo ese daño?.– La voz del azabache sono entre cortada ante la última pregunta y un escalofrío de culpa pareció recorrerlo. —Diría que te entiendo, pero sería una mentira, no lo entiendo porque al final fui el alabado y no les importo quienes sufrían del lado contrario, solo adorar a quienes no lo merecían.– Un silencio empezó a abrazarle, quizás Harry se había marchado.
—Pero no importan ellos, son unos idiotas tras la comodidad de no haber luchado en ni un bando, ocultos en sus casas esperando a que yo venciera o Voldemort lo hiciera. Solo importan Pansy, Theo, Zabini y... yo, nosotros te queremos y sabemos lo que haz pasado. Si, lo que escuchaste te quiero, bueno, te amo realmente y daría lo que sea por verte bien y feliz, no lo sabia hasta que la guerra acabó y tuve tiempo de pensar en mis sentimientos, al verte, tu pelo rubio casi blanco, esos bellos ojos plateados y tus delicadas facciones, todo ello me encanta y tu presencia no hace más que llenarme, te necesito Draco.– Nuevamente la voz del chico se entrecortaba y Draco solo sentía inmensas ganas de poder abrazarlo, besarlo y decirle que ahí estaba, que ya no se iría, pero no podía, no en ese estado.
Estuvo a punto de despertar para poder correr en dirección a la dichosa enfermería de ese lugar abandonado. Pero la sensación de otros labios sobre los suyos lo detuvo y lo supo, Harry lo estaba besando. Su corazón empezó a dar grandes saltos de alegría y sin esperar más, desperto en su sola habitación, la cual ahora estaba llena de neblina.
Sin perder más tiempo, salto de su cama y comenzó a correr en dirección a su destino, ahora entre los pasillos lograba ver a una que otra persona, se veían fantasmagoricas y ni uno parecia notarlo. Aceleró más el paso hasta llegar frente a la puerta de la enfermería y sin dudarlo empujó con fuerza la misma.
Una luz enceguecedora lleno sus ojos y con sus manos trato de tapar sus ojos.
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Frente a él se encontraba Harry, ya había separado sus labios de los suyos, pero ahí seguía con los ojos cerrados, con su frente pegada a la suya, respirando el mismo aire que él y sintiendo su olor de cerca.
Cuando vio que estaba listo para abrir los ojos, no lo pensó ni un segundo y con sus delgados brazos rodeo su cuello, entrelazando sus dedos entre sus cabellos azabaches y nuevamente acercó sus labios en un delicado y tierno beso.
Podía sentir la sorpresa por todo el cuerpo del Gryffindor y parecía querer decir algo, pero al notar que Draco no lo solitaria, tomo entre sus manos el delgado rostro del chico y siguió el beso. No había lengua ni ganas de sobrepasarse, solo sus labios danzando sobre los del otro, separándose de vez en cuando para regalarle cortos besos sobre la cara contraria.
Draco al sentirse cansado se separo del azabache y lo miro detenidamente, en su rostro no habia rastro alguno de asco, vergüenza y burla, entonces pudo sentir de forma calida que todo lo que él chico le decía era verdad. Sin importarle su imagen como Slytherin, dejó que el llanto se liberará.
Harry se preocupo, creyó que algo le dolia, pero antes de poder preguntarle o moverse, sintió como el chico con sus pocas fuerzas lo jalaba hacia él para abrazarlo y enterrar su rostro en el hueco entre su hombro y su cuello.
—Perdón por preocuparlos así, solo que no quería, no me sentía merecedor de nada y también te amo, Potter, solo, solo no sabia si era verdad o que jugabas conmigo.– Se sincero entre pequeños espasmos por el llanto.
El azabache de separo del chico y lo observó entre enternecido y triste por todos los pensamientos que pasaban por su mente, más al saber que seguro había algo más que lo llevo hacia ese extremo, pero luego lo resolverían, en ese momento solo se dedicaría a demostrarle entre pequeños actos lo mucho que lo quería.
—Nunca vuelvas a pensar eso, tú mereces el mundo entero y jamás jugaría con algo tan bello como tus sentimientos.– Expreso de forma seria para empezar a depositar cortos besos en su rostro, limpiando con ello las lágrimas que salían aún.