- - - - ---:꒰ Chapter Seven꒱:

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Hogwarts nunca había sido tan bella como en esos momentos, en soledad paseaba por todos los pasillos de la escuela, hasta por los pisos prohibidos, cuales se encontraban abrazados a grandes sombras que le advertían los peligros que en estos descansaban y que al momento de adentrarse en ellos solo lograba captar un frío invernal con pequeños ecos de sus pisadas.

También contaba con la pequeña satisfacción de poder entrar en la biblioteca sin ser observado y donde solo le reducían su lectura a los libros que en clases debía usar y uno que otro libro de magia para niños, era por primera vez libre en ese lugar.

Al entrar al gran comedor solo se encontraba con grandes platos de frutas, desde frutos rojos hasta los más verdes y jugosos, en este extraño Hogwarts no tenía miedo a comer y por más que todos los días comiera cinco porciones de frutas, no engordaba.

Pero sabía que esto no era Hogwarts, quizás era alguna otra versión de el o quizás era un tipo de prisión, aunque tratando de recordar y pensar en que era aquel lugar, siempre paraba frente a la misma puerta, esa que daría a la enfermería.

Aparte de suponer era el lugar donde podría encontrar respuestas, sabía que era la única habitación en esa escuela donde había gente.
Escuchaba pequeñas voces, risas, lagrimas y consuelos las veces que se dignaba a pasar ahí, observando como si vigilara la puerta.

Si quieres irte alguna vez de este lugar, solo debes entrar ahí.

Le había contestado una voz grave la primera vez que estuvo por entrar a la enfermería queriendo saciar la duda que invadía su cuerpo cada que trataba de responder el porque de su estadía en una solitaria escuela.

No sabía cuántos días llevaba ahí, quizás una semana o un mes, su noción del tiempo se había perdido y no le interesaba recuperarla.
Hoy como otros días, estaba en la biblioteca tapando su aburricion entre grandes libros y ya habiéndolos leído todos, acabo en la sección de libros muggles.

Entre sus manos cargaba con un libro de algo que los no mágicos llamaban libro de los trastornos, le parecía interesante cuanto llegaba a sufrir la mente y como ellos no lo habían descubierto. Su primer misión para cuando quisiera volver sería el preguntarle a Hermione.

¿Por qué le llamaba Hermione? No se llevaban mal ya, realmente no se dirigían la palabra, pero tampoco existía tanta familiaridad entre ellos para tutearse de esa forma.

Un bostezo interrumpió sus divagaciones y entonces recordó lo único malo que ese lugar tenía, seguía sintiendo sueño como si viviera su día a día en el mundo normal.

Tomó el pequeño libro entre sus delgadas manos y se levantó para caminar fuera de la biblioteca.
Aún teniendo la oportunidad de poder dormir hasta en lo que sería el gran dormitorio de la directora, en lo que decían era una suave y gran cama, insistía en poder dormir en lo que sería su habitación en las mazmorras, seguía siendo tan acogedora como siempre.

Entre pensamientos llego a la sala común de su casa y sin detenerse ni un momento a observar el lugar, se apresuró hacia su habitación.
Al abrir la puerta y adentrarse en esta, vio que en su escritorio descansaba un gran plato de frutas y pastillas señaladas como vitaminas, se sentó frente a estas y mientras comía seguía leyendo el libro en sus manos.

Llegó a una sección que captó su atención y casi lo hizo atragantarse con los alimentos que estaba ingiriendo.

Trastornos alimenticios

Anorexia nerviosa

- Rechazo a mantener un peso en un nivel
mínimamente normal para la edad y
sexo (por debajo del 85%)
- Miedo intenso a engordar
- Distorsión de la imagen corporal
- Negación de la situación de peligro
- Amenorrea secundaria (con ausencia
de, al menos, 3 ciclos consecutivos) o
primaria (retraso de la menarquia)
- Se establecen dos tipos de AN:
purgativo o restrictivo, en función de
que existan o no conductas purgativas
y/o episodios de atracones

Bulimia nerviosa

- Conductas compensatorias para no
ganar peso, con carácter mantenido:
vómitos autoprovocados, uso de
laxantes, diuréticos, enemas u otros
fármacos, ejercicio físico excesivo.
- Distorsión de la imagen cor...

Agresivamente cerro el libro y con toda la fuerza en su cuerpo lo tiro en dirección a alguna esquina oscura de la habitación.
Y entonces lo noto, lágrimas caían salvajemente y sin permiso desde sus ojos para perderse al final de su rostro.

Limpio las mismas y sin cambiarse de ropa a algo más cómodo, se recostó sobre la gran cama y cerro los ojos con fuerza, cayendo rápidamente en el mundo de los sueños.

Estaba soñando o eso creía, todo se encontraba en completa oscuridad y silencio, hasta que una puerta fue abierta, aunque trató de abrir los ojos, estos parecían pegados.
A los segundos sintió dos cuerpos cada uno a su lado, estos comenzaron a acomodar lo que parecían ser sus cobijas, haciendo que estas fueran más comodas sobre él y hasta agregaron una más para que se sintiera menos frío.

-¿Cuando crees que despierte?.- Escucho que cuestionaba la comadreja menor.

Un segundo, era la voz de la ex-novia de Harry, ¿qué hacía ahí? ¿Quien la acompañaba? ¿Y por qué estaban siendo atentas con él?

-No sé, Pomfrey dice que a adquirido todas las vitaminas y alimentos necesarios para aunque sea poder despertar, solo es cuestión de espera y ojala que sea pronto, Harry esta que no cabe en si.- Respondió la voz que rápidamente reconoció como la de Hermione.

Si hubiera podido en ese momento se levantaría estupefacto esperando saber porque ellas estaban siendo atentas con el chico.
Justo cuando parecían haber terminado de hacer un hechizo calefactorio sobre él, escucho nuevamente como la puerta era abierta y entonces sintió como la presencia de las chicas se alejo.

-Hola, Draco, somos Theo y Pans, venimos a leerte, el libro ese que siempre cargas un poco roto.- Escucho algo lejana la voz de su amigo seguido de varias sillas arrastrándose.

-Se llama Alicia en el país de las maravillas, Nott.- Corrigió la chica que le acompañaba.

Seguramente ahorita estaría sonriendo con pequeña burla ante la olvidadiza mente de su amigo.
Y entonces los escucho hablar, estaban leyendo el libro y entre los dos se repartían los diálogos. Quería abrazarlos, decirles que estaba bien, agradecerles y que no se preocuparan por él.

Por minutos los escucho hablar, hasta que la voz de miss Pomfrey les indicaba que la hora de las visitas había terminado.

-Hasta luego Drac, volvemos mañana.- Escucho a Theo despedirse mientras sentía que le apretaba la mano.

-Descansa lo necesario para volver compuesto, bobo.- Habló, Pansy seguido de este y entonces sintió como esta se avalanba a abrazarlo. -Potter vendrá en la madrugada como siempre.- Susurro de forma leve para luego separarse de él.

¿Potter? Era la segunda vez que escuchaba lo mencionaban y la primera era para decir que estaba preocupado por él.
Pero creía que quizás era una broma, porque el niño que vivió tendría porque estar preocupado por un ex-mortifago, quien apoyo al lado que le quito a muchos de sus seres queridos.

La culpa se suelta, no se vomita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora