1. Tocando a la puerta del diablo

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Las rondas en la patrulla eran lo más tedioso del trabajo, no le gustaba cuando tenía que andar de aquí para allá buscando posibles infractores o robos en el pueblo. Sino fuera por su compañero Jaehyun, ya estaría ahorcándose como mínimo.

Jung Jaehyun era lo más parecido que tenía a un amigo, el encargado de hacer el humor en la estación de policías, y por suerte había sido designado como compañero de Yuta, su seriedad complementaba la extrovertida personalidad de Jung, eran el equipo perfecto. Juntos habían arrestado a maleantes de gran categoría; eran algo así como los héroes del pueblo, su fama no solo provenía de sus apariencias.

No había mucho qué hacer durante esa semana, la acción estaba apaciguada, por lo que su jefe, el oficial Wong los había enviado a hacer las rondas por el pueblo. Una total mierda si les preguntaban. Yuta odiaba a Wong, era un idiota recién graduado y ya lo habían ascendido a jefe del condado, solo porque el antiguo jefe había muerto en una balacera. Yuta aspiraba al puesto, pero los de arriba decidieron que Wong estaba mejor capacitado, y no era que Yuta fuese malo, era bueno, pero su comportamiento individualista le quitaba méritos.

—Mierda, necesito unas vacaciones. —Jaehyun se acomoda los lentes oscuros y cruza los brazos debajo de su cuello.

—Lo que necesitas es que una mujer te monte.

Jaehyun se ríe porque es cierto, solo necesita una buena follada de una mujer para darle las energías que necesita.

—Sabes lo que me gusta, deberíamos ir esta noche a ese club, cómo se llamaba... ¡Adán y Eva!

El pelirojo al volante piensa que es una estupidez, no está interesado en mujeres y menos en rollos de una sola noche. Yuta quiere una relación seria donde lo tomen en serio y buscar un chico en un bar donde abundan las prostitutas no es la mejor opción. Tampoco es que Yuta llegue a amar de nuevo, pero no pierde nada buscando compresión emocional y buen sexo.

—Paso.

Jaehyun lo mira por el rabillo del ojo, le parece extraño que Yuta sea el único hombre del pueblo que no frecuente bares ni se lie con mujeres, tenía ciertas sospechas de su amigo, pero no quería adelantarse a los hechos.

—Eres muy aburrido, Nakamoto.

El aludido sonríe.

—Digamos que soy precavido.

—Precavido mis huevos. Por cierto, ¿cómo está tu hermanito?

La vena en el cuello de Yuta es notoria para Jaehyun, sabía que su amigo no apreciaba para nada a su padrastro y a su hermanastro, el chico de 19 años es un conocido homosexual, todo el pueblo lo repudia por ser un maricón, sino fuera por Yuta, al chico lo hubieran matado a golpes hace tiempo.

—No es mi hermano.

—Como digas, ¿se ha metido en más problemas?

Su amigo alza los hombros restándole importancia a lo que haga el chico Jaemin, y es una señal para acabar con la conversación, Yuta es un tanto sensible. La campana salva a Jaehyun y se refiere a que el radio comunicador de la patrulla se enciende y la voz del jefe Wong se hace presente.

—Jung, Nakamoto, los quiero en la estación. Hay un caso que deben atender.

—Estamos en camino, jefe.




El jefe Wong los hace pasar a la oficina mientras se quita el saco y toma asiento frente a su escritorio. El lugar es un desastre de papeles, manchas de café, tazas sucias y uno que otro empaque de donas. A Yuta le da asco este tipo, tan desordenado, tan ineficaz.

El depredador dentro de mí » Yuta centric!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora