Epílogo

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—Nakamoto Yuta, quedas arrestado por asesinato en serie de al menos tres personas.

A pesar de que las esposas apretaban las frías muñecas del policía, sonreía victorioso, le causaba mucha gracia que Jaehyun y Lucas lo hayan detenido en su casa. La verdad no estaba ni un poco preocupado, sabía que iba a salir pronto de la estación, estaba muy confiando.

—¿Tienen pruebas de que hice algo? —Dijo sin abandonar su sonrisa pretenciosa.

—Creo que tienes bastante en tu celular, ¿no es así? —Jaehyun tenía una mirada fría, estaba decepcionado de quien creyó fue su amigo alguna vez. Nunca terminabas de conocer a las personas.

—Oh, vamos, solo son unas fotos de internet.

Lucas que estaba callado, se colocó frente a Yuta con mirada retadora.

—Nos cercioramos de eso, solo tú tienes esas fotos, Yuta. Jaehyun fue inteligente en pasarlas a su celular. Me avergüenza que un oficial tan competente como lo has sido, sea un asqueroso asesino.

Yuta rio.

—Seguro, Lucas. Al menos me has librado de tu estúpido mando, eres tan patético.

—Me voy a reír mucho cuando estés tras las rejas. —Retó.

—Y yo cuando despiertes gracias a una contusión y luego amanezcas en la primera plana por homicidio.

—Ya veremos que dice la corte cuando les diga que me amenazaste de muerte.

—No creo que vivas para contarlo. —Susurró con una sonrisita, como si estuviera contándole un secreto a un amigo.





Después de ser arrestado, lo llevaron a una sala de interrogatorios para que hablara sobre sus crímenes, la policía ya sabía que había matado al hombre involucrado en drogas, al gigoló del pueblo, al chico supuestamente desaparecido y al famoso John Seo, pero lo que no sabían era donde estaba el cuerpo de Dong Sicheng. En el caso de Lee Taeyong, se dio a conocer que su cuerpo fue calcinado luego de haber sido asesinado brutalmente. Con John Seo todo su teatrito se cayó, las huellas que dejó al escapar concuerdan con unos zapatos encontrados en su hogar, los cuales estaban llenos de barro.

Yuta tarareaba alguna canción, sus manos estaban esposadas frente a la mesa, su expresión era relajada, contraria a la que Jaehyun pensó que tendría tras horas de encierro.

—Yuta, necesito que colabores con la investigación, no estás en posición de mentir. Todas las pruebas apuntan a que eres el asesino. Registramos tu casa y encontramos sangre de Dong Sicheng por el piso de la sala, también encontramos una camiseta con la sangre de Lee Taeyong.

Yuta lo miró con fastidio, Jaehyun no dejaba de parlotear una y otra vez. No era estúpido, no admitiría que asesino a tres personas, él tenía que ser convincente con sus argumentos, de alguna forma iba a salir de aquel hoyo.

—¿Qué hay del tipo? No tienen una maldita prueba.

—El niño habló. —El pelirrojo le prestó atención. —Más bien se orinó cuando le pusimos una foto tuya como posible agresor. Es más que obvio que fuiste tú.

—Un estúpido niño que no sabe ir al baño no es suficiente para incriminarme, es absurdo hasta para alguien de tan corta mente como tú. Al igual que la prueba de los zapatos en el caso de Seo, abre tu mente, Jaehyun.

Jaehyun frunció el ceño y apretó el puño, una vena en su frente apareció. Yuta era un ser despreciable, tal vez si era de mente corta para no notar el comportamiento extraño de Yuta en el último mes, o sus faltas a su trabajo.

El depredador dentro de mí » Yuta centric!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora