Perdón

2.4K 222 13
                                    

Dedicado a @ZCReka

Capítulo 12: "Perdón"

Lucian sentía unas agradables caricias que lo hacían mantener el sueño. Las caricias pararon, haciéndolo despertar.

—¡Lucian! —La dulce voz lo trajo de regreso. Frente a él estaba el doncel más hermoso que hubiera visto, un agradable calor se instaló en su pecho—. ¡Lucian, necesito ir baño! —apremió el doncel.

Claude sentía la vejiga a punto de explotar, había estado un rato acariciando la cabeza de su esposo hasta que ya no pudo aguantar la presión, pero, por más que intentó levantarse, no pudo.

—¡Ah, sí! —El hombre reaccionó levantándose algo atontado. Con cuidado, levantó al menor de la cama.

Agarrándolo bien en brazos, lo llevó hasta el baño y se paró delante del orinal. Un incómodo silencio cayó entre los dos. Bajó el cuerpo hasta que este quedó parado, lo agarró de la cintura y esperó.

—No puedo —susurró el doncel, rojo como tomate.

—¿Qué? —No supo qué más decir.

—¡No puedo hacer si estás aquí! —gritó nervioso.

Otro incomodo silencio, el peliblanco se rindió y sintiendo la cara quemar por su sonrojo, dejó que todo "fluyera".

Después de esa terrible escena, Lucian dejó a Claude en la cama.

Ninguno de los dos dijo palabra. Después de ese bochornoso momento, Claude no podía recordar su enojo.

Lucian no tenía ni idea de qué decir o por dónde comenzar, merecía el verdadero odio de ese doncel. Alzó la vista de su regazo y se mortificó al ver la venda cubrir su cabeza.

—Lo siento. —Sabía que eso no bastaba, que podía hacer algo mejor, que podría decir un discurso por la súplica de su perdón, pero nada salió en ese momento, solamente esa común palabra para todos—. Lo siento tanto, Claude-

Claude vio al hombre enfrente, lo odiaba, en verdad lo odiaba, por hacerlo sentir de esa forma. Sintió su corazón derretirse en ese momento, esos rojos ojos que le dieron miedo de niño, ahora lo miraban arrepentido y hacía que su pecho se inundara de una felicidad pura.

—Mi nombre-

—¿Qué?-

—Nunca habías dicho mi nombre —aclaró la confusión del hombre.

—Lo lamento tanto, Claude Black-

Lágrimas cayeron de los ojos rojos, lágrimas que enternecieron al de ojos dorados.

—Te odio tanto —La voz del doncel se quebró por un momento.

El corazón de Lucian se paró por un segundo y, alarmado, buscó los ojos dorados, pero el doncel se tapó con las manos la cara.

—Claude, yo...-

Una mano frente a su cara no lo dejó continuar.

—Te odio tanto por hacer que te ame —confesó al fin el menor—. Te amo, Lucian, te amo tanto que duele. —Hipó entre el llanto.

—Yo también te amo, Claude Black-

El hombre se abalanzó contra él, apretándole contra su pecho, se sentía tan pequeño y frágil, ese pequeño que años se había abierto paso en él.

—Te amo, mocoso-

—No soy un mocoso. —Lloró contra el fuerte pecho, después de un rato, y ya más tranquilo, se separó de su esposo.

Aullando bajo la misma lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora