Mar

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Dedicado a @ZCReka

Capítulo 15: "Mar"

—Mmh... Nico —jadeó Claude mientras contenía la respiración, sus brazos temblorosos se apoyaban en la cama.

—Aaah... Aguan-ta, zorrito —gimió con esfuerzo, mientras ponía todo su empeño y fuerza.

—Aah... Ya, ya no pu-puedo. —Claude sentía el sudor caer por su frente, sintiendo esas delgadas manos recorrer su espalda.

—Solo un po-poco más. —El pelirrojo aumentó la fuerza.

El sonido de una tela desgarrada resonó por todo el cuarto, los dos donceles cayeron rendidos en la cama.

—Temo que tus cachorros crecen muy rápido, zorrito —comentó divertido mientras alzaba en alto los trozos del vestido roto de Claude.

—Ya no tengo qué ponerme —Se lamentó el ojidorado mientras sostenía la tela que le quedaba en el cuerpo.

—Eso es porque tú no has querido hacer algo —reprochó el pelirrojo, levantándose de la cama—. Tú bien podrías salir de este maldito castillo y conseguir todos los vestidos que quieras-

—Ya te dije que no tengo ganas de salir-

La verdad es que Claude se sentía nervioso ante la idea de salir, no quería sentir las miradas en él, la mayor parte de su vida se la pasó encerrado en un castillo, hace mucho que no recorría en un bosque o sentía la tierra en sus pies desnudos.

Nico miró a su joven amigo estrujar lo que quedaba de su vestido. Suspiró resignado, había tenido la esperanza de hacer surgir a una madre de la manada, pero, aún después de todos sus intentos, no lograba nada. Claude seguía siendo el mismo niño frágil. No le había dicho que podía pedir los vestidos desde aquí, lo miró un momento, esperaría un poco más, tal vez un verdadera reina surgiera en él.

—Ve al baño —dijo el pelirrojo, caminando hacia la salida—. Iré a mi cuarto, tal vez tenga algún vestido de maternidad-

Claude vio a su amigo salir. Se levantó de la cama, dejando su vestido de lado. Desnudo, se encaminó al baño, se enjuagó un poco la cara, quitándose el sudor. Retrocedió un poco para verse mejor.

En los últimos cuatro meses, su vientre se había hinchado poco a poco, ahora era una clara curva que ya no cabía en sus vestidos pegados.

Se puso de perfil, sintiendo su pecho hincharse al ver su barriga. Nico aseguraba que era más de uno por el tamaño que tenía a tan pocos meses. Lucian siempre lo venía a ver al menos cuatro veces al día, siempre preocupado sobre su estado y, para su molestia, Kira lo revisaba dos veces a la semana.

Nunca habló sobre la mujer con Lucian, no sentía que debiera hablar de eso, era cosa del pasado, solo iniciaría otra discusión.

Los cambios en su cuerpo apenas comenzaban, desde hacía unos días los pezones le habían comenzado a picar y su vejiga comenzaba a apretarse un poco.

Un poco impaciente, se recargó en la pared, esperando por su ropa. Lucian le había citado en la entrada del castillo, seguramente el hombre le reñiría por hacerlo esperar tanto, pero si había alguien culpable, ese era su hijo que había decidido romper su último vestido.

Hoy dejaría de lado su vergüenza y se armaría de valor para pedir que lo acompañara a comprar ropa, se sentiría más seguro si el hombre iba con él.

Insistentes golpes sonaron tras la puerta.

—Aquí está tu cortina, zorrito —avisó divertido el pelirrojo.

Aullando bajo la misma lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora