Día siete: Pasa tiempo con la familia

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Ding-ding-ding.

Hasta el timbre sonaba optimista. Annie estaba otra vez frente a la casa de los padres de Polly, limpiándose nerviosa las manos en los vaqueros. Había tratado siglos en elegir una botella de vino, sorprendida ante la enorme oferta que había en Sainsbury's. La Rioja Sauvignon Chablis Al final había elegido uno de ocho libras, pensando en ese precio seguro que era bueno.

No sabía por qué había recibido la invitación de Polly, cuyo objetivo era <<compensar>> el episodio exhibicionista: << Vente mañana a comer. A mis padres les gusta organizar la comida del domingo >>. Por educación, probablemente. O por no pasar otro domingo sola. Eran los días más difíciles: Mike y ella solían ir a una esquina al pub o llevar a Jacob al parque.

Le abrió la puerta un chico con gafas de pasta y el ceño fruncido.

__¿Si? Espero que no hayas llegado a predicar la palabra de Dios.

__No, soy ... ¿amiga de Polly?

Le pareció un poco atrevido utilizar esa palabra.

__Ah. ¿Me permites? __Sujetó la botella lejos de la cara y la examinó__. Mmm ... Vale.

__¿Es Annie? __En el recibidor apareció una mujer con un vestido cruzado de color morado; esbelta y elegante, con el pelo canoso recogido en un moño y unas gafas colgando de cuello, que se puso para observar a Annie__. Querida, ¡no sabes cuánto alegramos de que Polly tenga una amiga nueva! Eres muy valiente.

A Annie eso no le gustó. No estaba interesada en nada que implicara valentía. La madre de Polly también inspeccionó la botella de vino.

__¡Que bien! Mi favorito

__¿Chardonnay? __preguntó el chico sin demasiada convicción__. ¿En serio?

__Chist, calla. La semana pasada leí un artículo en The Guardian que salió que está otra vez de moda.

Annie se los quedó mirando. ¿Hemos elegido mal?

__Yo soy Valerie, querida, y este listillo de aquí es George, mi hijo. Georgie, sirve una copa a Annie. Tenemos un Sancerre o un Malbec. O podríamos sacar un Riesling, ¿verdad?

Annie no tenía ni idea de qué estaba hablando.

__Mmm ... El que esté abierto, gracias.

Valerie la invitó a entrar; desprendía un olor exótico, un almizcle, que le hizo pensar automáticamente en naranjales y en la luna llena sobre el desierto. Su madre siempre había olido a guiso ya Halls. Ahora olía un hospital.

__No haga caso a George __le susurró Valerie al oído__. Es muy protector. Todo este asunto ha atraído a un montón de gente extraña. Turistas de la desgracia ajena, ¿sabes? Es horrible cómo miran a Polly solo porque está enferma.

¿Era lo que pensaban de ella? Annie miró por encima del hombro hacia la puerta. Ojalá haya cambiado de idea y se haya tenido en casa. La visita iba a ser un desastre, lo presente.

Polly estaba encaramada al brazo de un sofá rosa de estampado indio, hablando con un hombre mayor vestido con una camiseta azul marino y unos pantalones con pinzas.

__¿Ves? El problema de euro es ...

Tenía una voz atronadora y una copa enorme de vino tinto en la mano.

Polly viola a Annie y se convertirá de un salto. Llevaba un peto vaquero y el pelo recogido con un pañuelo rojo. Annie se colocó fuera de lugar con sus vaqueros y su jersey con capucha.

__¡Annie! Menos mal que ha llegado a un rescatarme de esta horrible conversación sobre economía. ¡Me da igual, papá! Si ni siquiera me interesaba cuando creía que iba a estar presente para ver las consecuencias.

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