Un día como siempre; el ruido del motor de los coches al emprender su viaje, el típico sol abrazador de las tardes de verano, el olor a café ya impregnado en su vestimenta, esas tardes que pasa trabajando como camarero en un café cerca del centro de la ciudad ya pasan a su cotidiana vida, y no lo puede negar, se está acostumbrando y le gusta pasar sus tardes en ese lugar.
Aunque, ya se ha acostumbrado a todos esos detalles sin importancia, aún no puede acostumbrarse al hecho de que todos los viernes a la misma hora se encuentre el mismo joven de cabellos oscuros y rostro jovial sentado en el mismo lugar al lado de la ventana, solo con un maletín y una portátil, el cual cree él que es utilizado para sus deberes.
Tal vez se esté volviendo loco, él nunca creyó que se interesaría en alguien, nunca creyó conocerlo siquiera. Él, que es indiferente a todo el mundo y prefiere mantenerse al margen, por primera vez en su vida quiere que aquel chico japonés de ojos grandes y a la vez rasgados alce la mirada y siquiera lo mire por un segundo.
-Aquí está tu orden- dice con una voz baja y colocando sutilmente la taza de café helado al lado de la portátil mientras ve como el chico de cabellos oscuros sólo dirige una rápida mirada al café y volviendo su vista casi al instante a la pantalla.
-Gracias-
Resignado, el joven rubio gira sobre sus talones para así volver a sus deberes.
Todos los viernes es lo mismo, aquel joven entra al establecimiento, saluda cortésmente con la vista en su lugar cerca a la ventana y toma asiento mientras espera por su orden, y mientras escribe en su portátil da pequeños sorbos a su café, para luego retirarse con algo de prisa al ver que los colores de las calles ya se empiezan a cubrir de tonos naranjas producto del atardecer.
- Ash - una voz lo saca de sus pensamientos y dirige la mirada hacia su compañera de trabajo. – ya casi es hora de cerrar, está bien que te quedes tan tarde?.
Ash alzó la mirada ubicando al reloj que se encuentra en la parte superior del café, para así notar que ya pasan de las 6:30 p.m.
- Sí, creo que ya es hora de que me valla- dice mientras toma el mandil y lo coloca en el mostrador para luego coger su mochila cerca del compartimiento al lado de los servicios.
Con una sonrisa se despide de sus compañeros de trabajo y de su jefa, - Hasta mañana – concluye antes de cerrar la puerta e ir de camino a su apartamento unas calles no muy lejos del lugar.
Mientras caminaba por las oscuras calles hacia su apartamento, no pudo evitar pensar en aquel japonés del que ni siquiera sabía su nombre, simplemente no podía dejar de pensar en él, y era una lástima porque no lo vería hasta el próximo viernes a las 3:00 de la tarde.
Una vez llegó a su habitación caminó directamente hacia su cama y se lanzó directamente al colchón, para luego sacar de su bolsillo el celular que llevaba ya 1 año de uso y así observar la fotografía que tomo del joven mientras tomaba su café. Dios, realmente tenía un problema, un terrible problema, no podía creer que toda su galería estaba llenas de fotos del mismo chico, era irreal, y se maldijo a si mismo por lo fácil que cayó.
Continuará (?)
Holo.
Esta es mi primera historia, hace un tiempo quería escribir algo relacionado con este par, y pues, aquí estoy.
Espero que sea de su agrado y cualquier comentario me servirá para mejorar, lamento si hay faltas ortográficas y peor aún si no se entiende.
Gracias, y estaré publicando pronto.
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CAFÉ
RomanceTodos los viernes por la tarde el mismo chico de cabello y ojos oscuros se sienta en el mismo lugar mientras bebe una taza de café, y es que le es imposible apartar su vista de él... al menos quisiera que por un momento esa mirada sea correspondida.