Era terrible. Cómo es posible que me cambien al turno nocturno una vez que inicie mis clases?
-Espera. Yukko, ¿No hay forma en que sólo pueda venir los viernes por la tarde? -preguntó con un claro tono preocupado.
Su nuevo horario se limitaban de 6:00 p.m. hasta las 10:00 p.m. Ash sabía que era para un trabajador de medio tiempo y que su jefa pensaba en él y sus necesidades. Sin duda se le hacía más fácil a Yukko contratar a otra persona de tiempo completo que ajustarse a los horarios de Ash.
-Lo lamento, Ash. -la observó apenada-pero ya contraté a otra persona para que ocupe tu puesto.
Suspiró.
Ash lo entendía mejor que nadie. Su nueva vida en Japón sería difícil, a pesar de que su hermano le enviaba dinero para su alquiler, él tenía que ocuparse de los demás gastos, y más ahora que ingresaba a la universidad. Sabía que había muy pocas posibilidades de encontrar trabajo con una buena paga y que se acomode a sus horarios. Era frustrante.
-Entiendo...- dijo Ash con tristeza.
-Descuida, Ash. Tendrás los próximos tres viernes un generoso descanso. -mencionó Yukko guiñándole un ojo. Ash le dirigió una leve sonrisa mientras se dirigía hacia un cliente.
Al menos aprovecharía las tres oportunidades más para hablar con él. Se harían amigos y podrían reunirse fuera. Y luego, quizá.... Tan sólo quizá! Podrían llegar a ser más que amigos.
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-Ei-chan. Puedes terminar tu trabajo en casa a partir de ahora. -dijo el hombre de cabello castaño. -faltan pocas semanas antes de que inicien tus clases. Me gustaría que te tomaras un merecido descanso.
Eiji se encontraba revisando algunos documentales como referencia para el próximo proyecto de su carrera.
La carrera de fotografía no era tan fácil como muchos pensaban, se trataba más de presionar un botón. Sin duda era congelar el tiempo en una imagen.
Sin embargo, a pesar de que Eiji es muy bueno en su trabajo y es alabado tanto por sus compañeros y profesores. Él sentía que le faltaba algo. Al mirar sus fotografías sólo veía imágenes, como muchas otras. Quería cambiar eso. Y ese es uno de los tantos motivos de empezar a trabajar con Ibe-san.-No es necesario, Ibe-san. Me gusta mi trabajo. -dice Eiji con una sonrisa. - Terminaré los encargos a tiempo antes de que empiezen mis clases.
-Eiji... Sabes, estoy algo preocupado. Haz estado trabajando muy duro y me temo que no hallas tenido tiempo de hacer un amigo.
-E-Eso no es cierto... -se escucha nervioso -yo... Veré a mis amigos cuando inicie las clases.
Ibe lo mira extrañado.
-Además, yo he hecho un amigo recientemente -dice Eiji tratando de tranquilizar a Ibe -Es un chico que trabaja en una cafetería.
Eiji sabe que una pequeña plática no te convierte en amigo de nadie. Sin embargo, se siente presionado. Él no ha hablado con nadie desde que inició sus vacaciones, y el americano es el único con el que ha interactuado recientemente.
-En serio? Es genial Ei-chan. Creí que te estaba empapando en trabajo y por culpa mía no tenías alguno... Ja ja ja - río nervioso mientras rascaba su mejilla -espero que se lleven bien. ¿Cómo se llama?
-Rayos! Nunca le pregunté su nombre- pensó Eiji. Nunca creyó que fuera necesario preguntar su nombre realmente. Después de todo, sólo hablaron un poco.
Esta pequeña mentira se le estaban saliendo de las manos. Decirle a Ibe-san que un joven extraño de cabello rubio y bonitos ojos verdes no le quitaba la vista de encima durante los 3 pasados meses y que el viernes había intercambiado palabras con él sin duda era absurdo. Pensaría que lo están acosando.
-Humm... Ibe-san, lo cierto es que-lo recordó. El nombre que hacía que el rubio vuelva a sus deberes cuando su jefa lo llamaba -Ash. Su nombre es Ash!
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Los días pasaron con normalidad.
Ash seguía un poco deprimido por su repentino cambio de horario, a pesar de que este hecho le favorecía con su vida universitaria, él sentía que las oportunidades se les iban de la mano. El fin de semana fue a visitar a Nadia y Shorter al restaurante. Al llegar Ash notó que Shorter había salido y sólo se limitó a tomar asiento cerca de la barra. Dentro de unos minutos Nadia se le acercó de forma sutil, y mientras colocaba un plato de comida a su lado no pudo evitar preguntar quién era aquel chico con el que salía.Ash no supo que contestar. Se quedó analizando un poco las palabras de Nadia. Shorter era pésimo guardando secretos.
Luego de comer un poco, Ash sólo lo negó y dejó en claro de que sólo era un vago interés. No es que no confiara en ella. Sólo que le parecía inútil decirle algo tan inseguro. Esperaba que al menos su relación se defina y así contarle todo.
Terminó su sopa y después de ayudar con algunas órdenes se retiró del local con la promesa de que volvería luego de algunos días.
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Limpié la mesa en la el Japonés se sentaba y fuí al lavado para arreglar mi cabello, lavar mi rostro y sacudir mi mandil. Eran exactamente las 2:50. 10 minutos restantes para que el adorable chico de cabellos oscuros cruce esa puerta y tome lugar a aquella esquina cerca de la ventana.
Mire a mi jefa y ella me devolvió la mirada alzando el pulgar de forma victoriosa. Yukko me prometió que extendería mi descanso. Tendría que aprovechar cada minuto para hacerme cercano a él, incluso si eso significaba repasar el nivel de confianza. Estaba decidido a ser su amigo y mantener contacto luego de las 2 próximas semanas.
Me acerqué hacia la barra y me apoyé sobre mi espalda cruzando los brazos mirando directamente hacia la puerta. Luego de unos minutos divisé al japonés cruzar la pista y acercase a la entrada para abrir la puerta. Entró al local y noté como sus hermosos ojos oscuros se cruzaban con los míos deteniéndose al instante.
Era el momento.
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CAFÉ
RomanceTodos los viernes por la tarde el mismo chico de cabello y ojos oscuros se sienta en el mismo lugar mientras bebe una taza de café, y es que le es imposible apartar su vista de él... al menos quisiera que por un momento esa mirada sea correspondida.