Ramen

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Ya habían pasado algunos días desde que lo transfirieron por el inicio de sus clases, se transfirió a las habitaciones de la Universidad para así menorar gastos a su hermano. Luego de que cambió la ubicación de su trabajo no había podido ver a Eiji de nuevo, y es que lamentablemente el último Viernes  que Ash trabajó en la anterior cafetería Eiji no fue, así que no tuvo oportunidad alguna de pedirle su contacto. Así que, aunque asistieran a la misma universidad, esta era muy grande, y estaban en departamentos diferentes.

Sin embargo, no todo era malo. Tenía la vaga esperanza de que como su nuevo local estaba dentro del campus se podía encontrar con Eiji. 

Y lo malo; al menos Ash lo consideraba así, era que por su apariencia y obvia curiosidad, la mayoría de la clase se acercaban a él y no paraban de hablarle... ¿Acaso eso no les cansaba? Es decir, le hablaban en la mañana, en el cambio de hora, cuando se iba al trabajo, eso no le molestaba del todo, claro que si se sobrepasaban tendría que  ponerlos en su lugar.

—Hey, Callenreese, —Se acercó una joven de cabello oscuro tomando el lugar vacío al lado suyo. —Tienes novia? 

Ya era la 11 vez que le preguntaban lo mismo durante esos tres días, ni siquiera en el trabajo pasaba. Era consiente de su apariencia, pero no creyó que en Japón le prestaran tanta atención, aunque él quería la atención de otra persona...

—No. —respondió secamente y se puso de pie dispuesto a irse. —Adios.

—Ah! Yo también tengo que irme! —se puso de pie rápidamente y aceleró sus pasos para quedar junto a Ash. Alzó su mirada y sonrió. —Trabajas en la cafetería, cierto? Yo también iré hacia allá a reunirme con algunos amigos. 

Mientras aquella chica sujetaba fuertemente su brazo y hablaba sin parar, Ash no podía dejar de contar los segundos para llegar a la cafeterías. ¿Acaso tenía que aguantar esos tratos diariamente? Él sólo quería algo de tranquilidad, si fuera por él, le daba igual mantener relación con los demás de su clase, sin mencionar que ellos eran muy superficiales.

—Entonces, los esperaré ahí. —dijo mientras soltaba su brazo y se encaminó a una mesa para esperar a sus amigos. Ash suspiró y mientras saludaba cordialmente a sus compañeros de trabajo se dirigió hacia los vestidores y tomó un mandil.

—Ash... —Se acerca su nueva jefa —yo... No sabía que tuvieras novia... Es taaan linda!!! —chilló emocionada haciendo que el pobre rubio cubriera sus orejas con ambas manos y retrocediendo de golpe.

—Ella no es mi novia —sentenció. —Es sólo una compañera de clases.

—Oh! Vamos! Un chico tan apuesto como tú debe de tener al menos 3 novias de seguro, además no está bien que niegues así a la pobre chica, que de seguro se muere por ti, tan sólo mírala es taaan linda que viene a esperar por ti, ¿No es eso adorable? De seguro que por eso caíste por ella, pero eso no significa que tengas que dejarla ahí esperando solita... No seas tímido, no me molesta que te quedes un momento con ella~ —y así la charla interminable había dado inicio, gracias a Dios que Ash pudo librarse de ella cuando vio llegar a algunos jóvenes a su tienda y se apresuró a darles la bienvenida.

Luego de ese intenso parloteo, Ash veía una razón más por no involucrarse mucho con las chicas de la universidad, no quería correr el riesgo de verse envuelto en un extraño amorío, si no tenía cuidado terminaría como un gigoló sin siquiera notarlo.

Suspiró pesadamente.

—Disculpa, Kanbara... -san, cierto? —la chica de cabellos oscuros enrojeció y asistió rápidamente —¿Puedo sentarme?

Oh! Por Dios! Donde sea que quieras, bebé!!!!

—Hum! Claro, por favor hazlo —dijo la chica brindándole una sonrisa.

CAFÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora