La noche era fría y algo solitaria dentro del campus, se podía observar a los estudiantes camino a los dormitorios; algunos en grupos, otros solos y otros simplemente cogidos de la mano. Mientras los minutos se acortaban antes del toque de queda para los estudiantes, se podía observar dentro de un puesto de Ramen a un joven rubio con algunos fideos aún en su boca y algo salpicado de caldo cerca de sus labios observando con incredulidad a un azabache ofreciéndole amablemente una servilleta de papel con una leve sonrisa en sus labios.Al reaccionar, Ash cogió la servilleta, volteó su rostro, tragó los fideos duramente y dispuso a limpiarse rápidamente. Una vez terminado su labor, giró despacio y miró a Eiji algo sorprendido, lo siguiente que pudo escuchar fue el melodioso sonido de su risa.
Era tan hermoso.
-D-Dios, Aslan, estás bien? -mencionó un divertido Eiji viéndolo de lado mientras recibía su plato de Ramen. -Lamento si te sorprendí.
-No, no fue nada. -dijo sin dejar de verlo y sin importarle que hace poco quedó como un total idiota -me alegra verte de nuevo, Eiji.
El mencionado sólo volvió a sonreír para luego culminar con un "yo también" y volvió nuevamente su mirada a su plato para seguir disfrutando, seguidamente de Ash.
Al terminar de comer, ambos salieron del local con aún algunos minutos antes del toque de queda. Así que empezaron a caminar pausadamente mientras que conversaban sobre temas triviales, muchos de estos simplemente fueron preguntas por parte de Eiji sobre la universidad y si Ash había logrado adaptarse. El rubio sabía que eran con buenas intenciones, pero esas palabras sólo le hicieron sentir como un niño, tal vez Eiji lo viera así, pero si le preguntan, el japonés se veía mucho más joven que él, de hecho, se veía adorable a sus ojos.
-Mmm... Ya veo. Debe de ser difícil ser tan popular. -dijo bromeando mientras le veía con una ceja alzada. -Tienes suerte.
El rubio pudo notar que el contrario era menos cohibido que la vez que hablaron por primera vez, esto le dió más confianza, quizá podría mantener contacto con Eiji y salir los dos si seguía así.
-De qué hablas? Eso es muy malo. Creo que los japoneses son muy superficiales.
Eiji se sorprendió y volvió a reír algo apenado.
-Eso es porque no tenemos mucho atractivo, somos muy simples, sabes.
-alzó la mirada mientras posaba una mano cerca de su frente para así evitar que sus cabellos se alborotaran producto de la brisa nocturna -¿No te parece?.-No me parece en absoluto-.
Suspiró enamorado.
-De qué hablas? -rió -si hablamos de atractivo, yo diría que tú lo eres, me gustan mucho tus ojos.
Ash sintió su rostro calentarse, y apenado apartó la mirada hacia el cielo.
¿Por qué?
¿Porqué su corazón latía tan fuerte por un simple alago?
El amor era curioso. Antes, incluso le habría molestado tal alago, pero ahora, quería escuchar más. ¿Era así para todos? o, ¿sólo era él quien se sentía como un idiota por aquel bello japonés?
De seguro, Shorter se reiría de él por horas, y su hermano... Griffin, él de seguro sería feliz, feliz de que por fin haya encontrado alguien a quien amar.
Luego de concluir su caminata, por fin Aslan pudo conseguir su número de contacto y una nueva promesa de guía por la universidad por parte de Eiji.
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Eiji caminaba de manera relajada. En su hombro colgaba su morral, y con la otra mano sujetaba su portatil y en su cuello colgaba una cámara CANON'.
Había pasado algunos días después de que hablara con aquel extranjero en su cafetería preferida. Era extraño, aquel joven rubio el cual le había hablado repentinamente seguía en su cabeza. Girando, Girando. Dando vueltas mientras una luz se posaba a sus espaldas. Él brillaba.
Aslan es hermoso.
Muy hermoso, cabello sedoso perfectamente rubio, ojos de color jade que te hipnotizan, piel clara como la porcelana; libre de imperfecciones, sin mencionar que era alto y de buen físico, podría decir que era perfecto. Demasiado.
–Sing, ya estoy aquí~
Retrocedió al estar cerca de la habitación de su joven amigo; un chico dulce de china que se llevaba muy bien con él.
–Voy! – escuchó los pasos acercarse y seguidamente el crujir de la puerta al abrirse– Eiji, buenas noches. Pasa.
–Gracias.
–Me sorprende que hallas olvidado la hora, debes tener mucho trabajo –mencionó mientras se acercaba al cafetero y servía un poco para ofrecerle a Eiji.
–Ah...Sólo un poco– colocó su morral en el piso y agradeció por la bebida –me encontré con un amigo.
–Oh! eso es raro, creí que yo era tu único amigo. ¿Cómo es él?
–Es extranjero, tiene bonitos ojos.
Sing detuvo su quehacer y lo miró nuevamente.
–Extranjero... dices. Es rubio, alto y de ojos color jade? –Eiji asintió. –Ah... sé quien es. Eiji, no te involucres tanto con él, no me mal entiendas, me alegro de que por fin tengas otro amigo, pero... corre mucho el rumor de que, a pesar de que lleva muy poco tiempo en la universidad muchos lo han visto diario con una chica diferente, dicen que es un playboy o algo así. No quiero decir que crea eso pero, es mejor ser cuidadoso. Los extranjeros son algo liberales, sabes.
–Lo sé, tambien lo escuché, pero no creo que ese sea el caso, parece una buena persona. Además, tú tambien eres extranjero. – Sing lo miró extrañado mientras que Eiji solo sonreía en son de broma.
–Sí, pero los Chinos somos más extrictos y conservadores, sabes.
–Claro, claro. Un modelo a seguir. –sonrió –Deberías conocerlo, sabes. Aslan es diferente.
–Aunque tambien me lo puedes presentar, así estaré tranquilo sabiendo que ese tal Aslan es una buena persona y tú estés bien.
–Oh, Sing, te preocupas tanto por mi –dijo en voz alta mientras se paraba y abrazaba a Sing por sus hombros haciendo que este se sonrojora y lo apartaba.
–No, Eiji, no soy un niñooo! –forcejeaba Sing hasta que logró apartarlo –Además! Soy tu único amigo! Es mi deber! –sentenció acomodando su ropa.
Eiji sonrió de lado conmovido.
– Conozcamolos juntos.
TERMINÉ POR FIN. lamento mucho la demora, temas de trabajo, estudio y covid.
Alguna sugerencia y/o recomendación, estaré despuesta a sus comentarios, siempre los leo.
Gracias a todos ustedes por darse un tiempo y leer esta pequeña historia, seguiré trabajando en el guion y demás cositas, espero me dé tiempo para seguir actualizando pronto, GRACIAS A TODOS.
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CAFÉ
RomanceTodos los viernes por la tarde el mismo chico de cabello y ojos oscuros se sienta en el mismo lugar mientras bebe una taza de café, y es que le es imposible apartar su vista de él... al menos quisiera que por un momento esa mirada sea correspondida.