Ash corría lo más rápido que podía por las calles transitadas de Japón.
Mientras mantenía una sonrisa y su corazón latía desenfrenadamente. Esquivando personas y disculpándose ocasionalmente cuando chocaba con algunos.
Ash quería contarle a su mejor amigo que lo que tanto tiempo había soñado, por fin había sucedido. Y no podía estar más feliz. Él sabía perfectamente que era una locura. Nunca creyó en el amor, luego de verse abandonado casi por todos no volvió a confiar en nadie, ni mucho menos gustar de alguien específico. Todo lo que pasaba ahora, era completamente nuevo para él.
Dobló la esquina y cruzó unas calles más para luego encontrarse con el restaurante de comida china de Shorter.
Era un lugar muy tranquilo, cómodo y con la mejor comida china del lugar. Estaba a cargo de Nadia, la hermana mayor de Shorter. Una cautivadora mujer de cabello corto negro, ella era la maestra detrás de tan increíble comida. Y, aunque Shorter se esforzaba, Ash consideraba que aún le faltaba mucho para siquiera asemejarse a la comida de su hermana.
-Shorter!- dijo el rubio de forma emocionada mientras abría la puerta casi de un golpe el cual hizo saltar a más de uno.
-Hola, Nadia. ¿Cómo te encuentras?- mencionó tranquilo mientras se dirigía a Nadia al ver qué Shorter no se encontraba en el lugar.
-Hola, Ash -dice la joven asiática con una voz tranquila y una mirada serena. -Shorter está en la terraza tomando un pequeño descanso.
-Creo que tú te mereces más ese descanso, Nadia -menciona al mismo tiempo que ella prepara una nueva orden, -iré a hablar con él un momento.
-Come algo luego de que hables con él, si? -la voz de Nadia se escucha un poco preocupada.
Ash solo asiente y sube las escaleras rumbo a la azotea. Él sabe que Nadia se peocupa por él. Y está agradecido por eso. Aunque no lo quiere admitir, es la primera mujer que le agrada tanto. Generalmente, las chicas con las que salía antes, sólo estaban con él por su apariencia y por cómo los demás le tendrían envidia.
Puede divisar el cabello loco de se amigo y un hilo de humo que se esparce en el aire.
-Hey, Ash. - dice el chino sin siquiera volver su mirada hacia atrás. -pasó algo nuevo con el niño samurai?.
-Es que acaso tiene que pasar algo con él para venir a visitarte? -se hace el ofendido.
-Vamos viejo! Las veces que has venido sólo fueron para hablar de él.
-Tch. Sólo dame un maldito cigarrillo. - bufó Ash de forma molesta. Al mismo tiempo que tomaba lugar al lado de Shorter.
A pesar de que sabía que era verdad, le molestaba el hecho de que su "amigo" tomara su repentino interés hacia el joven japonés, como algo para sacarle ventaja.
-No te lo tomes a pecho, hombre. -dijo mientras reía y le quitaba el cigarrillo de las manos del rubio-Entonces, ¿Qué sucedió?
-Olvidalo. No te diré.
-Pfft! Tenía razón! Es aquel chico japonés, no?!
-Cállate.
Ash se veía totalmente insultado. No podía creer que el mismo Shorter se ría así de él, suficiente tenía con su jefa y sus compañeros de trabajo. Si fuera por él preferiría no decirle nada, sin embargo, sentía la necesidad de contarle a alguien lo que había sucedido hace algunas horas atrás. De lo contrario, él mismo no lo creería.
Miró de mala forma a Shorter y logró que este se callara.
-Hablamos.
-Sí, ahora mismo.
-No tú, idiota -suspiró -estoy hablando del japonés.
Shorter al parecer tardó en procesarlo. Pues tardó unos segundos antes de responder.
-Hey, no me tienes que mentir para que ya no me burle de ti. Ya no lo haré.
-Idiota, no estoy mintiendo. Te estoy diciendo que hablé con él hoy en la tarde.
-Ash, hoy es martes. -lo mira confundido.
-Y a penas te das cuenta? -Shorter lo miró aún más confundido. -Él sólo llegó.
-En serio? Y de qué hablaron? -dijo Shorter de forma pícara.
-Dijo que le gustan mis ojos. -dijo girando hacía Shorter con una sonrisa inclinada y un leve sonrojo en sus mejillas.
Shorter río a carcajadas y dándole pequeñas palmaditas en el hombro a Ash, mientras este sólo lo miraba irritado. Él no creía que solo algunas palabras de aquel niño pudiera hacer tan feliz al rubio.
-No debí decirte nada. -dijo enojado el rubio mientras se paraba para así bajar al restaurante.
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Nadia le preparó comida para llevar. Aunque ella notó el buen humor de Ash, no preguntó nada. Sí algo tenía que decirle el chico, sería por su cuenta. No le gustaba presionarlo.
-Gracias Nadia, vendré otro día. -dice Ash con un tono amable antes de cerrar la puerta e irse a su casa.
-Al parecer Ash está cambiando, ya no lo noto tan sombrío a comparación de cuando lo trajiste.- menciona la mujer al asegurarse que Ash se haya ido.
-El amor te hace cambiar, hermanita. -dice Shorter divertido y con un tono burlón. -Nuestro pequeño Aslan es todo un hombre.
-Eh?
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Ash llegó a su cuarto. Una vez ahí se duchó y sirvió su comida. Prendió el televisor y se sentó en el suelo mientras comía el ramen que Nadia le había preparado.
-Mañana es miércoles... Luego jueves... Sólo dos días más... - pensó al mismo tiempo que comía y veía una antigua película.
Al terminar su comida se tumbó a su cama y se envolvió en la colcha, miró al techo de su habitación y pensó una vez más en los ojos oscuros y hermosa sonrisa que poseía el pelinegro.
-Sólo dos días más. -dijo casi en un susurro para luego cerrar los ojos.
Holo~
Nueva actualización. 💞
Muchas gracias a las personas que leen esta historia. Sé que es un poco aburrido y cliché, pero me gustan este tipo de desarrollo. 😅En el próximo capítulo aparece Eiji, Hasta la pronta actualización 💕
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CAFÉ
RomanceTodos los viernes por la tarde el mismo chico de cabello y ojos oscuros se sienta en el mismo lugar mientras bebe una taza de café, y es que le es imposible apartar su vista de él... al menos quisiera que por un momento esa mirada sea correspondida.