Capitulo 2.

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Nos quedamos recochando hasta tarde. Se nos pasó el día riéndonos a carcajadas dejando a media cuadra sin tímpanos. Pobres.

-llego la hora de que esta reina se valla- digo levantándome del suelo. Normalmente aquí son nuestras reuniones.

-¿Adónde vas?- dice desde el suelo.

-a la casa de mi tía- Le digo mirandolo ah los ojos

-¿A qué?

-queti- Y emprendo mi largo camino a la casa de mi queridísima tía.

Escucho su risa a lo lejos. Ahora que la analizó, es muy linda. Me voy con una sonrisa de boba en mi cara, como siempre.

Cuando fui a la casa de ella no me abrieron. Me quedé tocando pero me dejaron afuera.

Cuando volví no ví a Nuñez. Así que me fui para mí casa ( si me abrieron está ves). Me tiré en la cama y me quedé escuchando música (sola, en la oscuridad de mi habitación, sin nadie, sin Sebastián).

Cuando me di cuenta ya eran las nueve de la noche.

-¡ZURDO!- Escuche que gritaron abajo.

«¿Es que estos pelados no tiene casa propia o que?»

Y como buena persona que soy, para que no se quedarán gritando como mongolitos abajo, decidí salir yo.

-No esta- Digo con total tranquilidad.

Abajo está Nuñez y otro niño que no habia visto. Se me quedaron mirando un rato y se fueron.

Depues de varios días no volví a saber nada del niño que no se quita la pantaloneta, hasta que que me dio por ir a la cancha ( otra vez. Es que ese es el lugar en el que a uno se le quita el aburrimiento) y me lo volví a encontrar ( está vez tenia otra cosa ¡Vean pues!).

Cómo Sebastián me dejó sola (que ironía) se quedó conmigo, y Sebastián cómo total descarado me paso sus jeans, ( no se ni por qué se los cuide, bien podían quedar por haya en el alcantarillado, total ni cuenta se va a dar).

El blujean quedó a mi lado en los columpios. Juan los miro, después me miró a mi. Los cojio y salió a correr por toda la cancha de micro.

-¡Núñez!- El me miró jocoso.

-¡Parce me hice el estreno! Lo voy a empeñar.

Ya está más que confirmado, es mongolito.

Después se fue a la cancha sintética y empezó a correr por lado como si estuviera en un bosque o no se.

-¿Podrías pasarme mi pantalón?- el negó como un niño y vuelve a salir a correr.

se bajo del arco y comenzó a correr otra vez. se acerco a mi primo y le devolvió el pantalón. después de que se calmara, nos fuimos a mi casa y nos sentamos enfrente de ella a hablar de cosas tribales.

-Me voy a tinturar el pelo- solté así sin mas

-No, así te vez bien- Dice en un tono muy suave.

al escuchar eso me senti... bien, oh no se.

Nos quedamos ahí, siendo nosotros.

En esos momentos llegaron mis primos, los de siloe, senti cosas raras al ver a la mayor de todas nosotras, Karol Dayana. Y sin pensar mas cogi a nuñez y lo senté a hablarle.

-No quiero que se acerque a ella- Le dije en el tono más severo y exigente que pude.

-¿Por qué?- Dice el mirandome de una forma extraña.

Nuestra Bonita (Y No Tan Bonita) Historia De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora