Akutagawa muchas veces se odiaba a si mismo. Su trabajo en la Portmafia lo había transformado en un ser calculador, frío y carente de emociones, en el sentido de suprimirlas a tal punto que ya ni él mismo sabía reconocerlas o ser consciente de cuando sentía felicidad, decepción, tristeza, melancolía o amor. No obstante, en situaciones como la que acababa de ocurrir, era realmente útil no demostrar emoción alguna ante las palabras del albino.
Al parecer el destino, un vil hijo de puta conmigo, por fin me sonríe. Pensó mientras se llevaba nuevamente aquel sumo de frutas a sus labios. Debía pensar, planear una forma de reaccionar ante las palabras de Atsushi sin joderla pues, él era no era estúpido y por alguna razón el albino había tardado tanto tiempo en revelar su ubicación. Y, aunque lo negase, aquella mirada suplicante de "por favor no seas igual a todos", le asustaba. ¿Cómo debo reaccionar? Si finjo interés el pensará que seré igual al resto. En cambio, si finjo desinterés, podría perder esta valiosa oportunidad de conseguir el libro. Mierda. Piensa Ryunosuke, pero no la jodas.
Por su parte Atsushi estaba al punto del colapso. La inexpresividad en el semblante y acciones de Akutagawa lo desesperaba y en su mente se desataba una verdadera guerra de interrogantes y emociones ¿Qué debía sentir? ¿Debía emocionarse? No, si lo hacía se volvería a decepcionar. Pero el pelinegro no había reaccionado como los otros. Atsushi se mordió ligeramente el labio inferior y bajó la mirada. Cálmate corazón. Aún es demasiado temprano para emocionarse y puede que otra vez, quedes solo y sin saber la verdad de aquel día.
-¿Por qué te angustias? -Preguntó sin pensar el mafioso.
-¿Eh? -Atsushi se sonrojó y correspondió a la profunda mirada de aquellos ojos grises.
- Eres demasiado obvio. -Se bufó el pelinegro y tratando de tranquilizarlo le sonrió – Si esto es "Atlantis" ¿tu eres un nativo o un náufrago?
Akutagawa había decidido que hacer: demostraría la curiosidad necesaria y se comportaría dependiendo de cómo fluyera la conversación y de las reacciones del albino, jugando a su favor el hecho que fuese un completo libro abierto (era bastante sencillo leer sus emociones). Además, si Nakajima era un nativo de aquel lugar sería el mejor guía y camino más rápido para llegar al libro. No obstante, tenía que tener mucho cuidado en manifestar sus reales intenciones porque si lo hacía antes de tiempo, nada terminaría bien.
Al notar la duda y desconfianza en los ojos de Atsushi, Akutagawa se apresuró en agregar- ¿Te parece si hacemos un trato?
-¿Qué clase de trato?
-Sé que tienes curiosidad sobre mí. -Mientras enunciaba aquellas palabras el sonrojo del albino, que comenzaba a desaparecer volvió a apoderarse con fuerza de sus mejillas. Interesante, pensó Akutagawa mientras sonreía por aquello.
-Y t-tú sobre mí -Se apresuró a decir Atsushi.
Al mafioso le hubiese encantado decir que su interés solo se limitaba a qué tan útil podría ser el contrario para ubicar el libro pero no podía. Había algo más, un insignificante sentimiento de genuina curiosidad, escondido en lo más recóndito de su corazón. – Así es. -Verbalizó demasiado rápido para su gusto. Tampoco lo fue aquel vuelco que dio su corazón al ver la brillante y hermosa sonrisa que se dibujó en el rostro del albino.
-Entonces, sí.
-¿Si qué?
-Soy un nativo de aquí. Ahora te devuelvo la pregunta ¿De dónde vienes?
-Japón
Los ojos de Atsushi se expandieron de la mera emoción y al igual que un pequeño, se encimó en la "mesa" para mirar más de cerca de Akutagawa. - ¡¿De verdad?! Entonces ¡Vienes desde muy lejos! ¿Cómo llegaste aquí? ¿Viniste en barco? ¿Cómo es el wasabi?
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¿Mi libertad? Tú.
FantasyRyunosuke Akutagawa es un mafioso que solo busca el reconocimiento encontrando un famoso libro que cumple cualquier deseo escrito en él. Y así, olvidar su pasado para al fin ser libre. Por su parte, Atsushi Nakajima, solo anhela recordar su pasado...