Capítulo 12 : Decisiones

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Hirusan estaba haciendo unos llamados al mismo tiempo que Boruto terminó de llamar a Sarada. Se desplomó hacia atrás, con los nervios matándolo y el corazón palpitando como loco. ¿Qué haría? La salud de su hermana le preocupaba. Esas heridas de balas no fueron sencillas y le dieron en zonas complejas. Kawaki se sentía peor que todos ellos. Era por su culpa que la chica estuviera ahí y también que el señor Hiashi esté muerto. A pesar de que el rubio se sentía destrozado por dentro, no lograba serenarse y no tenía de cómo sentirse realmente. ¿Qué pasaría con la familia?¿Cómo reaccionaría su tío Neji? Soltó varios suspiros y se golpeó la frente, buscando respuestas que no encontraría ahora.

Hirusan se incorporó al finalizar los llamados y enseguida notó la tensión. Hashin Koji se habá retirado cuando le comentó lo sucedido y Metaru los dejó a solas, aunque le hubiese gustado quedarse. Solo estaban ellos tres esperando el parte médico de Himawari que estaba siendo atendida en urgencias. El pelinegro juntó aire en sus pulmones y lo soltó de golpe. El Hyuuga se sentó al lado del rubio, lo sujetó del hombro para demostrarle apoyo.

—Ya le avisé a su madre. Está viniendo en camino.

—Señor Hirusan, esto es mi culpa...—apresuró el rubio.

—No se eche la culpa, señorito Boruto. Todo pasó muy rápido—calmó.

Boruto no estaba de acuerdo. Las cosas se habían podido evitar desde un principio y ninguno estaba a la altura de las circunstancia. Si Kawaki hubiera intentado cambiar algo desde el primer momento, ninguno estaría involucrado en todo esto, no obstante no quería echarle la culpa a su amigo, por poco y estaba enterado que pertenecía a esa horrible familia. Lo que le preocupaba era saber que los Uchiha, al menos uno de ellos, estaba con su grupo. No podía creerlo. De solo recordar la forma en que había muerto su abuelo y en manos de quién, le temblaban las manos, Sarada tendría que enterarse de alguna forma.

Hirusan fue a buscar algo de café para acompañar la espera, porque se tardarían en poder darles noticias favorables. Mientras tanto Kawaki se quedó en silencio, no sabía si era correcto dirigirle la palabra a su amigo, al ver la posición en la que estaba se daba cuenta que no estaba de buen humor, tenía la cabeza gacha y las manos entrelazadas, apoyando su mentón sobre ellas. Sin dudas no estaba con humor para hablar. Y era comprensible porque ambos eran culpables de una forma u otra. Lejos de lo que imaginaba Kawaki, Boruto no lo odiaba, no sabía odiar y no lo haría porque era su amigo. Solo pensaba cómo harían para resolver el asunto. Cuando Hirusan regresó con los cafés, un doctor abrió las puertas de emergencia, y los muchachos se pusieron de pie enseguida. Se cruzaron miradas rápidas de preocupación y escucharon lo que el médico tenía para decirles:

—Quedó en un coma inducido debido a la cantidad de sangre que perdió—indicó con ademanes y una expresión inerte—. Así que la pasaremos a una sala común para que podamos observarla hasta que despierte. ¿Alguno es el adulto responsable?

Hirusan se movió y les entregó los café a los chicos. El médico le hizo firmar una planilla y acto seguido se retiró. Al voltearse, la puerta se abrió con Himawari recostada sobre la camilla, la cual fue trasladaba al siguiente piso. Kawaki los siguió al igual que los otros dos. Antes doblar la primera esquina, la voz de Sarada lo detuvo. Estaba agitada y recién se incorporaba, al girar su rostro hacia ella no pudo evitar abrazarla. Y al caer sobre sus delicados hombros soltó un sollozo, una lágrima que después se transformó en un llanto. Se sentía desgarrado. Había perdido a su preciado abuelo. La Uchiha no entendía nada, simplemente, acarició su cabellos rubios y luego su espalda. Lo contuvo hasta que sus lágrimas dejaron de brotar y aún así no se desprendió de ella. Quería seguir siendo contenido por sus brazos. Le daban seguridad.

El Próximo Legado (BoruSara) (KawaHima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora