"Cap 1. Hay que tomarlo con calma."

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Quisiera hacerles una pregunta, espero que puedan responderla, espero que lo hagan con sinceridad y no mientan sobre esto, si soy yo Kou Nakano, es un placer para mí que lean esto, y sepan cómo me he estado sintiendo durante toda mi vida, les agradezco en demasía que estén leyendo mis palabras. Esperen ¿Eh, demasía? ¿Qué es eso? ¡Escritora-san me haces decir palabras complicadas!

Dejando eso de lado y siguiendo aquí, demasía suena a mucho asi que supongo que está bien, entonces dejare de irme por las ramas e iré al grano.

¿Alguna vez se han sentido extremadamente mal en su vida? ¿Alguna vez han odiado la persona en la que se convierten? O mejor dicho ¿La persona en la que les hacen convertirse?

¿Realmente han estado frustrados y enojados en su vida?

Pues aquí esta una persona que les entiende todos sus malestares, si, aunque no lo parezca y siempre me vea feliz derrochando energía, yo también lucho con mis demonios internos.

Entonces ¿Creen saber lo que es haber sufrido? Hasta tal punto de sentirse innecesarios en el mundo. Ahora entenderán un poco más sobre mí.

Era una mañana de un resplandor magnifico, Nakano Kou no era más que un niño de alrededor 8 años, aproximadamente, era un niño saludable y de buen porte, aunque desde siempre tuvo lo que muchos consideraban una molestia, un carácter lleno de energía e hiperactividad, él nunca fue callado y siempre parecía derrochar felicidad.

En la escuela primaria solían molestarlo, pero el siempre respondía a las entrometidas personalidades de sus compañeros, esto causaba que se fuera a los golpes y terminara en la sala del director con una llamada a sus padres que no podía faltar, era una parte que se hacía habitual en su día a día.

El pequeño se encontraba sentado en la esquina de la sala, mientras la directora miraba unos papeles y esperaba la llegada de su madre, esta hizo acto de presencia luego de haber tardado un buen rato.

—Lamento la tardanza señora directora soy la madre del niño ¿Qué ha sucedido? —Pregunto esta mientras entraba a la sala, al mirar al niño le lanzo una mirada fría y desaprobatoria que lo dejaría encogiéndose en su silla.

—Siéntese por favor, Sra —sentencio la mujer mayor acomodando sus anteojos— su hijo vuelve a mostrar problemas de conducta irreparables ¿Están ustedes lo suficientemente pendientes de el en casa? Sus problemas parecen ser por falta de atención —inquirió.

—Por supuesto todo está bien, pero Kou siempre ha sido asi —dijo nerviosamente ladeando la mirada— se comporta mal para llamar la atención y no hace el caso necesario.

—Esto parece un problema serio, quizá deba llevarlo al psicólogo —respondió está dando un profundo suspiro.

—Claro, probablemente esa sea la solución adecuada.

—Bien, pueden retirarse, esperemos que el día de mañana el niño tenga mejor comportamiento —se encoge de hombros,

—Muchas gracias Sra directora —esta se pone en pie y hace una reverencia— bien, vamos a casa Kou.

Dijo está acercándose hasta donde el pequeño se encontraba sentado, a lo que este respondió por acto reflejo encogiéndose en su lugar, definitivamente no quería tener que ir a casa con su madre en este día, sinceramente tenía miedo.

—Vamos Nakano, no seas así... Papá nos está esperando —sonrío al niño de manera forzada mientras estiraba su mano hasta él.

El pequeño tendió su mano con parsimonia y tomo la de su madre, no tenía más que un gran desgano. Ni siquiera quería decir una sola palabra, algo definitivamente inusual en el niño debido a su carácter amigable, sin embargo, la directora no presto mayor atención a sus actitudes, finalmente salieron del recinto tomados de las manos, pero el niño seguía sin decir una palabra, y parecía estar en su propio mundo.

¡Esta vez el protagonista! ¿Soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora