Cap 2 "¿No puedo morirme?"

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—¡Demonios! Me he quedado dormido —Nakano despertó de manera abrupta y desorientada—. ¿Qué día es hoy? Estoy un poco perdido —el llevo su mano a la cabeza y se dio unos ligeros toques.

Desperezándose miro a los lados, y al agudizar el oído se percató de que no había ningún sonido en casa.

—Al parecer no han vuelto, que tranquilidad —era sábado, ese día no tenía que asistir a la escuela, y de hecho no había nada en particular que hacer.

¡Espera, espera un momento Escritora-san! Has pasado mucho tiempo desde la última vez que actualizaste mi historia, pensé que me habías abandonado por completo, me sentí realmente triste, pero ese no es el problema, quería decirle algo a ellos… A los que están leyendo esto ahora.

Sé que probablemente no estén leyendo esto ¿Qué me pasa? Lo último que se pierde es la esperanza, lean bien, ustedes, si, en este episodio será narrada una de las partes más traumantes de mi vida, asi que jamás intenten hacer lo que yo hice.

Y para ti Escritora-san, no vuelvas a abandonarnos de esa manera. Puedes seguir.

Aquel sábado luego de despertar, Nakano simplemente decidió cocinar algo, no había señal de sus padres, ni siquiera estaba seguro si volverían, muchas veces al salir, pasaban días sin volver, y cuando regresaban no tenían dinero y si no había comida en casa echaban la culpa al menor.

Pero esta vez él no iba a darse mala vida, no se molestaría por lo que dijeran, no se dejaría llevar por sus acusaciones, se defendería hasta el final, algo en Nakano estaba cambiando ligeramente.

Aun asi, no era más que un niño, uno indefenso que necesitaba a sus padres de guía, para no tomar malas decisiones en su vida… Ese día, paso increíblemente rápido, no fue sino hasta que ya era de tarde que Nakano se dio cuenta de una ligera peculiaridad. Al intentar encender una de las luces de la sala, esta no había funcionado. El chico se encogió de hombros y fue por un cambio para la bombilla.

—Bueno, tendré que hacer esto yo mismo —se dijo, a la par que tomaba un montón de revistas y comenzaba a apilarlas, asi como también algunos periódicos, si, no era una idea demasiado ingeniosa, pero un niño al fin, no tenía ni idea de lo fatal que podía resultar esa decisión, luego de pensar que de algún modo debería encontrar la forma de llegar a su objetivo.

Simplemente tenía que intentarlo, al haber logrado su cometido, Nakano subió por la pila de revistas, como si de una escalera se tratase, cuando pensó que había logrado su objetivo, y una sonrisa se había dibujado en su rostro, perdió el balance y cayo de cabeza, resonó un fuerte y estruendoso golpe, pero nadie pudo oírlo, no había nadie que pudiera recurrir a él, estaba solo.

Estaba ahí, tendido en el suelo, desmayado, al poco rato, despertó, pero para su sorpresa, no podía mover ni un solo musculo, no podía emitir ninguna clase de sonido, no podía ser encontrado por nadie. Se encontraba asustado, impotente, y triste.

Solo podía pensar en sus padres, ellos, esos buenos para nada, lo habían dejado solo en casa, y habían salido para divertirse solos por la ciudad, si tan solo esa bombilla no se hubiera dañado… ¿Por qué nadie venía a ayudarle? No era eso lo que siempre sucedía en las animaciones que tanto le gustaba mirar… ¿Por qué no podía hablar ni moverse? ¿Por qué estaba tan solo?

A caso ¿No era necesario? ¿Era ese el tipo de persona que era? Alguien sin significado y que no le importaba a nadie, ni siquiera sus propios padres se preocupan por el ¿Qué significado tenía la vida?
Montones de pensamientos negativos rondaban la mente de Nakano, mientras yacía en el suelo de casa… Asi pasaron varios días, y nada sucedió, nadie llego a ayudarle y ni siquiera se preocuparon por él. Es como si su mera existencia no valiera para nada.

¡Esta vez el protagonista! ¿Soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora