Capítulo XIX: ¿Uno?

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–Lárgate. –hablo con odio y enfurruñado.

–Lo hare cuando te tomes ese té, lo necesitas, has estado muy alterado. –respondió con tranquilidad.

–Papi tienes que hacer caso a mechitas, él solo te quiere cuidar. –dijo Hela desde el otro lado de la cama en la que Loki reposaba.

–¿Y tú qué sabes mocosa?

–Loki... -regaño el mayor.

–Déjalo, ha estado muy histérico. –confeso la menor si el más grado de importancia.

–OYEME.

–Nunca me voy a ir si no te dejas de alterar. –amenazó el mayor. –y vuelve a dormir que te toca siest... -sintió un cuchillo rozarle cerca de la cara.

–¡PAPÁ! –chillo enojada la menor.

Había pasado un mes desde la pesadilla del cual Loki no quiso hablar con absolutamente nadie, esta fue la oportunidad perfecta para que Thor se infiltrara en la casa del millonario con la excusa que iba a cuidar a Loki y el hecho de que la pegueña Hela interviniera por el para dejarlo pasar hacia todo más fácil, bueno... casi, debía soportar todos los intentos de asesinatos del otro, los insultos, antojos y otros del embarazado.

La cosa con Tony y Steve era... más compleja, el millonario siempre se la pasaba haciendo bromas, obligándolo a soportar su genio, sus antojos, su sensibilidad y se echaba a llorar en el sillón mientras veía Coco, al otro poco le importaba, él podía pasar simplemente todo el día viéndolo sin importarle nada, tenía ganas de verlo tan concentrado mientras hacia sus cosas, lamentablemente, tenía que trabajar.

Rogers, ven ahora. –la voz del otro lado del celular era Tony, estaba preocupado, nunca lo llamaba y ahora le pedía ir inmediatamente.

Y tal como el otro se lo pidió, en una ciudad en la que el otro lado se demoraba más de media hora de llegar, estuvo en quince minutos antes.

–TONY, ¿Qué sucede? –agitado, y con la respiración irregular pudo sentir la emoción del omega.

–Toca. –dijo mientras posaba la mano del alfa en su estómago.

Se sentía dichoso, se echó a llorar en el regazo de Tony mientras sostenía fuertemente de la espalda del contrario. Sentía como en la panza del otro sobresalían pequeñas levaduras y como estas volvían a desaparecer dejando rastro de cómo sus bebes se movían dentro.

–Quien te viera, nadie se hubiese imaginado un Capitán América tan sentimental. –bromeo el castaño.

–No me importa, sentirlos justo ahora me hacen tan feliz sentirlos. –tenía unas enormes ganas de besar al más bajo, pero desde que habían llegado de la otra casa del Stark se notaba como Tony evitaba cualquier tipo de acercamiento romántico de parte del otro. Era su oportunidad. –De hecho, llame a todo el mundo para que sintiera esto.

–¿Qué?

–Tony, dime que es cierto. –entró un Rhodey feliz y alarmado.

–Sí, ven toca. –Tony estaba muy orgulloso por lo que estaba sintiendo que le agarró la mano bruscamente para chocarla contra su barriga.

Después llegaron más personas al lugar, Pepper acompañada de Happy, Bruce y Natasha que recién llegaban de una misión, incluso Stephen y Ross. A Steve le gustaba ver a su omega emocionado, pero su alfa estaba a punto de gruñir por tantas personas tocando a su omega, se supone que era un momento para ellos. Hasta que vio a María llegar, últimamente estudiaba demasiado o hacía misiones de más alto rango que la dejaban más agotada y rara vez se aparecía por la casa, lo que Steve se le estaba apareciendo sospechoso, inclusive Peter, quien pasaba más tiempo donde su Tía May.

El límite de una persona (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora