Mi Peligrosa Obsesión//KV

#63°

Corrí hacia donde se había dirigido el auto, pero ya se había alejado demasiado.

— ¡NO! —volví a gritar mientras sentía aquella sensación de impotencia en mi pecho.

— ¡Jungkook! —Me giré a verlos y Yoongi y Jimin venían corriendo hacia mí —¿Qué pasó?

—Se lo llevaron —dije mientras me daba cuenta de ello. Mis ojos se llenaron de lágrimas.

— ¿Y Tae? —preguntó Jimin

—A Taehyung —susurré.

— ¿Qué? —dijo sin poder creerlo.

—Tranquilo, Jungkook... vamos a encontrarlo.
Necesitamos llamar a la policía y ¿Por qué se la llevaron? —dijo mi amigo.

—Mi padre —dije y lo miré a los ojos.

Yoongi asintió levemente y estiró la mano para entregarme el celular que había tirado antes de salir corriendo. Lo tomé y sin pensarlo marqué el número de su celular.

— ¿Qué pasó, hijo? —me preguntó al atender.

— ¡¿Dónde está maldita sea?! ¡Por tu bien no le toques un pelo porque juro que voy a encontrarte y a acabar contigo! —dije mientras apretaba los dientes.

—Solo estoy intentando ayudarte. Quiero salvarte, aunque no lo creas.

— ¿Por qué no me dejas en paz? —Mi voz se quebró y las malditas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos – No le hagas daño, por favor.

—Por eso mismo es que quiero alejarlo de ti, hijo —susurró él como si estuviera con alguien – Él es el que va a acabar contigo si no hago algo.

— ¡No, por favor, no le hagas nada! —grité.

—Me lo vas a agradecer algún día —dijo y colgó.

— ¡NO, MALDITA SEA, NO! —Yoongi se acercó a mí y me abrazó mientras yo sentí que todo el mundo se venía sobre mi cabeza —Va a hacerle algo —dije sin dejar de llorar —Él está loco y va a lastimarlo.

—Tranquilo, hermano, tranquilo —me dijo él y se alejó de mí —Vamos a llamar a la policía y hay que buscar a personas que hayan estado cerca de tu padre y que sepan lugares en los que pueda estar.

—Ya llamé a la policía —dijo Jimin —Están viniendo para acá.

—Yugyeom—dije y me alejé de ellos para correr de nuevo hacia la Universidad.

— ¡Jungkook, espera! —me gritó Min.

Aun así no me detuve. Él debe saber algo de todo esto, él debe tener una idea de a donde ese infeliz, se llevó a Tae. Voy a matarlo si no me lo dice.

Entré abruptamente al salón. Todos se giraron a verme. Lo busqué con la mirada y lo encontré sentado casi al final del salón.

— ¿Dónde está? —le pregunté fuerte mientras me acercaba a él.

Sus ojos se abrieron bien y se puso de pie para retroceder levemente. Me acerqué más y lo toqué por los hombros.

— ¿Qué haces? —me preguntó nervioso.

— ¡Dime dónde diablos lo tiene! —le grité.

— ¡Jungkook, Jungkook! —Yoon me alejó de él. Intenté soltarme, pero él me lo impidió.

— ¡Suéltame Yoongi! ¡Él sabe dónde lo tiene! ¡Él lo sabe! —dije mientras seguía haciendo fuerza para soltarme de mi amigo.

— ¡No sé de qué estás hablando! —me dijo él mientras comenzaba a llorar.

— ¡Mentira, si lo sabes! ¡Lo sabes, maldita sea! —seguí gritando.

— ¡Sáquenlo de mi clase! —dijo el profesor.

Sentí las manos de NamJoon sobre mi otro brazo y me giré a verlo.

—Se lo llevaron, hermano —dije mientras volvía a soltar un par de lágrimas —No sé dónde está... tengo que encontrarlo.

—Vamos afuera —dijo él un tanto confundido.

Salimos del salón y me solté de sus brazos.

— ¿Qué sucede aquí? —el rector preguntó y me giré a verlo.

—Necesito ayuda, señor. Se llevaron a Taehyung, lo secuestraron aquí afuera, delante de mí. Necesito ayuda —le dije desesperado.

—Tranquilo, la policía ya está aquí —me dijo.

SeokJin se acercó a mí y me abrazó con fuerza. Apoyé la cabeza en su hombro y comencé a llorar de nuevo.

—Voy a morirme si le hace algo —le dije a mi primo.

—Tranquilo —susurró con voz queda —Todo va a estar bien.

—Jungkook, la policía necesita de su declaración —me habló el rector.

Me alejé de Jin y sequé mi rostro antes de girar a verlo. Asentí y caminé con él hasta su despacho. Un hombre de pelo blanco me miró y me dio la mano.

—Ya hemos sido informados de lo sucedido. Pero necesitamos que nos diga cómo fueron las cosas.

—Primero en principal el que tiene a Taehyung se llama Jeon JunSeok, y es mi padre —le dije. Él asintió y tomó asiento mientras anotaba —Y... fue hace unos instantes... él había ido a buscar algo a su coche y mi padre me llamó y me dijo que él iba a ser quien lo alejara de mí. Y cuando salí a buscarlo un coche se detuvo a su lado y se lo llevaron.

— ¿Recuerda cómo era el coche? —preguntó.

—No... solo sé que era negro. No pude distinguir ni la marca, ni nada.

—Bien, nosotros ya empezaremos con la búsqueda.

Se puso de pie y salió de allí. El director se giró a verme.

—Es necesario que llames a sus padres —me dijo mientras apoyaba una de sus manos sobre mi hombro.