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-Oye, Emilio -.
Me di la vuelta al oírlo.

- ¿Pasa algo, Joaco? -.
Vi como jugaba con las mangas de su camisa.

-Gracias -.

-Te dije que había cambiado.. Y te lo seguiré demostrando - .

Una pequeña sonrisa se hizo presente. Con solo ya defenderlo, había logrado que me volviera hablar.. Creo que será bastante fácil enamorarlo.

-Tampoco te creas tanto.. -.
Dijo, volviendo a su rostro serio.
-Solo te vine a agradecer, no creo que las personas que lastimaron tanto, cambien -.
Antes de que se fuera, tomé su mano.

-Espera... -.

Joaquín

Sentir como tomaba mi mano, me causo rechazo.

-No me toques -.
Susurre, apartándolo.

-Perdón, pero.. Es que no puedo dejar que te vayas así -.

-¿Asi como? -.

-Modo dramático, como lo haces cuando te enojas -.
Bajó su mirada, se veía diferente.
-¿Acaso nunca me perdonarás? -.

Riendo, negué con mi cabeza.
-No puedo creerlo, ¿crees que te perdonaré tantos meses de golpes por defenderme en una clase? -.
Mordiendo sus labios, subió su mirada, para toparse con la mía.
-No soy tan imbécil, Osorio -.

Y es que en ese momento me escuchaba tan seguro, pero tal vez en otra circunstancia, habría aceptado perdidamente.

.....

Emilio

-Wey, no creo que esto de la apuesta sirva -.
Me susurro al oído mi amigo de poca fé.

-Recién estoy empezando, no te impacientes -.
Dije mientras a lo lejos veía a Joaquín.
-¿Alguna idea? -.

-Mm.. No, no tengo ni una -.
Ambos suspiramos. Hasta que Roy sonrio de oreja a oreja.
-¿Y si tratas de comportarte de la misma forma que en el principio del año pasado? -.

Negué riendo.
-¿Serás imbécil? -.

Mi amigo sin comprender, preguntó.
-¿Porque?, ¿acaso no es una buena idea? -.

-Eso es lo que estoy tratando de aparentar, Roy Royer -.

-Pero no lo estas haciendo bien -
Se sentó al frente mío.
-Debes acercarte más, acompañarlo a su casa, pedirle ayuda con la tarea, lo que hacías antes -.

En cierta forma, tenía algo de razón este imbécil. Cuando la clase de artes empezó, note como Joaquín se complicaba tomando unas cajas. Roy me dio pequeños golpes con su codo, obviamente sabía que significaba.

Joaquín.

-Vi il biñi, ti iyidiri dispis -.
(Voy al baño, te ayudaré después)
Dije imitando las palabras que Niko me dijo antes de salir.
-Como si se la creyera al muy... -.
Antes de poder terminar la frase, sentí como alguien me quitaba una caja.
-Hasta que vuelves, cabrón -.
Esperando que Niko me respondiera, una pequeña risa se escuchó.

-Nunca creí poder escuchar una grosería saliendo de tu boca, Bondoni-.
Esa voz.. Ahg.. Tragame tierra.

-¿Que quieres, Emilio? -.
Él me quito otra caja, logrando ver su rostro.

-¿No crees que son muchas cajas para alguien tan pequeño? -.

¿Se estaba riendo de mi?

-A ti no tendría porque importarte, ¿no? -.
Emilio frunció el ceño
-Ahora devuélveme eso -.
Dejando de lado las cajas que tenía en mis manos, traté de arrebatarle las que sostenía Emilio.

Pequeño BondoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora