✨Desde mucho antes de🌹 (Saeran MM y tú) [Terminada]

capítulo 3: bienvenida a magenta

_____ miró a todas partes intentando recordar algo, lo último que recordaba era haberse dormido en el sillón, pero después de eso...nada, así que encontrarse en una habitación completamente extraña le provocó mucha ansiedad.
Entonces pude notar entre la oscuridad una persona que le observaba.

- Mmmf.- intentó hablar y moverse mirando a la persona.

Escucho pisadas y como cada vez la persona le era más visible.
¿De dónde conocía a esta persona?... Entonces se le vino a la mente, era la rubia, la que conoció cuando tenía a su amigo de la infancia, pero...¿Que hacía aquí?, ¿La había secuestrado ella?, ¿Por qué haría eso?.

- Hola _____, a pasado mucho tiempo, ahora estás muy grande.- la rubia le sonrió y corrió una silla para sentarse frente a ella.

Ideas bizarras cruzaban la mente de la castaña, ¿Venderían sus órganos?, ¿La prostituirían?, ¿La torturarian?.

- Sabes, no quería volver a encontrarnos de esta manera, peor me han dicho que eres muy terca y precavida como para hacerlo por otros medios...- pude ver los brillantes ojos de la rubia, que le causaron escalofríos.

La rubia bajo el paño que se encontraba en la boca de _____.

- ¿Que quieres?.- dijo esta enseguida.

- Vas directo al grano...parece ser verdad que has cambiado mucho.- sonrió.- ¿Será por la desaparición de tú hermano?, ¿Tal vez por la muerte de tú abuela?...o quizás...¿Por las insinuaciones de tú padre.

La castaña frunció el ceño, viendo la sonrisita "inocente" de la chica alfrente de esta.

- te pregunté que quieres.- La rubia la miró fijamente.

- Te quiero a ti, quiero que me ayudes con algo.- La castaña sonrió burlona.

- generalmente cuando quieres algo de alguien no le amarras a una silla.- dijo moviendo sus manos.

- No voy a arriesgarme a que te den unos ataques de ira o algo así.- dijo.

- Bien, pero, ¿Por qué debería yo, una tipa que no te conoce, que amarras te a una silla, ayudarte?.- la castaña la miró.

- Por qué yo puedo ayudarte.- dijo.- puedo ofrecerte un verdadero hogar, donde ya no sufrirás por los actos de afuera, por qué las personas débiles como tú y yo deberían estar alejadas de las personas fuertes de afuera.

- No soy débil, si fuera débil estaría diciendo estupideces como tú, no necesito aislarme, la vida es dura y no voy a sentarme a llorar o a quejarme, hay personas con vidas miserables, y no me considero una de ellas.- la castaña dijo firme, apesar de que no estaba en posición de revelarse o algo así.

La rubia frunció el ceño, no le terminaba de agradar la idea, pero no podía ser alguien más que ella.

- Tal vez pienses así, pero en verdad estás triste, triste y sola, con malhumor constante, ¿No estás cansada?, De tú vida, tú trabajo, tú universidad, ¿de ti?.- la castaña negó.

- No, la verdad soy estupenda, no puedo quejarme de mi - falsa seguridad de si misma, pero a la rubia le hizo gracia.

- Bien, ya entendí que eso no es lo que quieres...pero...¿No quieres saber que sucedió con tú hermano?.- _____ se volvió tensa de un segundo a otro.- por qué piensas que no desapareció como un ladrón, como todos creen, ¿No?.

La castaña frunció el ceño, si algo le molestaba era que bromearan con lo de su hermano.

- como si tú supieras algo, es suficiente déjame ir.- _____ se removió en la silla.