10. LAS FLORES QUE FLORECEN A MEDIA NOCHE.

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El tiempo se detuvo.

Respiraba con dificultad.

Las manos me sudaban.

Mi cara plasmada en una mueca de sorpresa.

Era ella. Era Marie Ann. La chica con la que había hablado pocas veces, había mirado por los pasillos mientras cuchicheaba con su mejor amiga. Siempre la vida nos quita las cosas que no valoramos cuando tenemos cerca, o bueno, las personas. La vida no es cruel, es justa. Justa.

No era justo mi dolor de cabeza repentino.

Que se pudra por sucia pecadora...

Volví a la realidad.

Rick palideció y vomitó por el asombro. Lincoln estaba en shock.

Bomberos, policías, ambulancias, noticiarios, la bulla que se armaba... el jaleo... no me dejaban pensar con claridad.

—Nos encontramos junto al arroyo del pueblo de Rushdale. El cadáver que se pensaba perdido de Marie Ann Hallow, una joven de 16 años que la última vez vista fue el 15 de agosto a las 7:30 pm...— decía una reportera frente a una cámara sin mostrar el mínimo respeto por el cuerpo de la difunta. Parecía un circo. No bueno, de circo tienen lo de payasos, pero en realidad era más como un zoológico, todos querían ir a ver qué ocurría.

Tomaban fotos con flash y se mantenían pegados a la cinta de seguridad.

Sin embargo, habían cosas más importantes en ese momento... como hacer que Rick no se desmayara, por ejemplo.

—Que inteligente el asesino, nos hizo creer qur ocurrió una cosa cuando fue otra totalmente diferente...— dijo al fin Lincoln mientras agarraba a Rick por el brazo para que no se cayera.

—Yo tú no le daría tanto mérito. Fue insensato por su parte, no planeó nada bien, su plan fue mal elaborado y con fallas evidentes— no te trates tan mal.

Aléjate, no he hecho nada.

¡SAL DE MI CABEZA! Me retorcí levemente por el dolor.

—¿Estás bien?— dijo Lincoln un poco preocupado.

—Siempre lo estoy— nos encaminamos a la camioneta y Rick dijo que sí podía manejar, así que yo me senté en el copiloto y Lincoln atrás. Algo raro que noté es que las cortinas de la casa de Marie estaban corridas, eso me preocupó. Fue un camino callado hasta que llegué a mi casa.

Antes de bajarme Lincoln me sostuvo del brazo.

—Ten cuidado ¿sí?— dijo Rick mientras Lincoln miraba por la ventana callada y yo asentí.

—Igual ustedes— de un salto me bajé del carro.

Al llegar a casa subí rápido las escaleras, tiré mi bolso y me quedé parada en la misma posición pensando por varios segundos, me tiré en el suelo y apoyé mis pies sobre mi cama.

Marie... en serio era ella, ¿cómo se pondrá Vee cuando se entere?, ¿cómo estará Lincoln?

May:
¿Llegaste?

Lincoln:
Sí, ¿tú? ¿todo bien?

May:
sí.

Lincoln:
Hay un sospechoso, se trata de George Wallace, amigo de Timmy. Tal vez él sepa algo.

May:
Mañana hay clases, lo interrogaremos ahí.

Lincoln:
Sí, bueno, debo ir a prepararme la cena, descansa.

May:
Igual.

Cerré mi teléfono y suspiré. Timmy se suicidó, tenía sustancias en el cuerpo, no sabemos como se las administraron ni cómo. El murió por la administración de veneno, ¿pero dijeron de cuál?

El diario de MayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora