02.

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Daegu, Corea del Sur.

Seguía sin abrir los ojos pero atento a lo que las voces a su alrededor decían.

-¿Cómo salió todo?- Decía aquella voz cuya pertenencia correspondía a su hyung.

-Tardamos menos de lo esperado pero todo salió perfecto.- Mencionó otra voz no reconocible para Taehyung.

-Perfecto, esperaré a que se levante. Gracias, doctor.- Espera...¿qué?

Al escuchar la puerta cerrarse (dando a entender que el doctor salió del lugar) abrió los ojos sin prisa, llamando la atención de Hyung Sik.

-Taehyung, ¿desde cuándo estabas escuchando? ¿Eh?- Pícaro era la forma en la que desde los oídos del susodicho fue escuchado.

-Mmh...que salió perfecto pero; ¿de qué hablaba?

Después de aquella pregunta; Hyung Sik le sonrió grande a lo cual para Taehyung se le hizo sospechoso. Vió como su mayor fue a tomar un pequeño espejo que se encontraba en un mueble no tan lejos de ellos para después entregárselo.

-Mírate y dime que vez.- Fue lo único que dijo.

Dicho esto; Taehyung lentamente fue acercándose hacía el espejo para después sorprenderse.

No podía creerlo.

-¿Qué es lo último que recuerdas, Taehyung?- La pregunta de Hyung Sik lo sacó de su ensoñamiento.

-Amh, que me puse como loco al percatarme de lo que...tenía en mi rostro.- Y si, aquello ya no estaba ahí.

-Digamos que tengo mis contactos, era esencial desaparecer aquello que se encontraba en tu rostro para que fuera más fácil para ti mostrarte ante los demás sin pena.

Las palabras anteriores dichas por Hyung Sik tenían otra intención que desde el punto de vista de Taehyung parecían inocentes.

Que pequeño error.

-Gracias, Hyung. De verdad muchas gracias.- Poco a poco crecía la sonrisa en el menor.

Hyung Sik no dudó en llevar su mano hacía el cabello de Taehyung para después despeinarlo un poco.- No es nada. Ahorita estás en reposo, dentro de unas horas puedes regresar con nosotros.

Para la edad que mantenía Taehyung aún mantenía parte de su inocencia, cualquier cosa que para otros fuera de una mala forma, para él era lo más sencillo y normal.

Taehyung sólo asintió a sus palabras mientras seguía viéndose en el espejo, aún no creyendo que aquella gran cicatriz ya no se encontraba ahí. Tal vez se veía un poco, pero mucho mejor a como se veía antes y nada lo hacía más feliz.

-Duerme un poco más si gustas, yo debo ir a hacer unas cuantas cosas. Te levantaré cuando sea hora ¿está bien? Descansa.- Y sin más, tomó camino hacía la puerta, no sin antes regalarle una sonrisa.

Le devolvió la sonrisa de regreso antes de ver a Hyung Sik desaparecer detrás de aquella puerta.

Suspiró profundamente, se sentía muy feliz ya no tener aquello que lo atormentó cuando le contaron como fue que ocurrió aquello.

Accidente en bicicleta, que tonto se debió de haber visto.

Decidió hacerle caso a las palabras de su mayor así que sin más, dejó el espejo a un lado de él para después acomodarse para dormir unas cuantas horas más.

El sueño estaba a todo lo que da así que no duró ni 10 minutos antes de caer en los brazos de Morfeo.

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Un Hombre Sin Rostro. 《TaeKook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora