ㅤㅤ«De hecho, los dos somos como los boxeadores, le debemos nuestro éxito a la suma de golpes que recibimos....»
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ― "Marcos negros" (2010) Pierre Lemaitre
✸ Parejas: KatsuDeku
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« La diferencia entre la vergüenza y la culpa es muy importante, ya que estas dos emociones pueden impulsar a una persona a actuar en sentidos contrarios. El deseo de aliviarse de la culpa tal vez la mueva a confesar su engaño, en tanto que el deseo de evitar la humillación de la vergüenza tal vez la lleve a no confesarlo jamás.»Cómo detectar mentiras (1985), Paul Ekman
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La superficie donde me encontraba se sentía muy bien, el olor a café junto al inconfundible de los hotcakes me hizo abrir los ojos de a pocos. La confusión vino de a poco cuando note, que no era mi cama donde me encontraba, ni mucho menos mi habitación, y ésta aumentó cuando un par de ojos fueron lo primero que los míos captaron.
Pegué un brinco al notar como un par de niños eran los que me observaban mientras aún dormía. Su reacción fue igual a la mía, sumado a las risas que vinieron después. ¿Se estaban burlando de mí? Pero, para empezar, ¿quiénes eran ellos? ¿Dónde me encontraba? ¿Qué era lo que estaba pasando?
Un dolor vino a mi cabeza sumado a un repentino mareo. Cerré los ojos por un breve momento intentando que el dolor pasé, y para cuando los abrí, aquel par de niños ya no se encontraban en mi campo de visión.
Revise la habitación en donde me encontraba, no se me hacía familiar en ningún sentido. De pronto a mi mente llegaron imágenes de la noche anterior, así que rápidamente constate como me encontraba debajo de esas sábanas. Una mezcla de alivio con curiosidad me invadió al ver que todo estaba igual que antes.
Solté un suspiro en lo que buscaba mi celular, y para cuando lo hallé, me sentí mucho más tranquilo al saber que solo tenía una llamada perdida, y era de mi padre, así que estaba bien. Tampoco pensaba contestarle si hubiera estado consciente de su llamada.
Una vez más mire a mi alrededor, y con lentitud me pare de esa cama y me dirigí hacia la puerta. A medida que me acercaba podía escuchar leves risas mezcladas con la voz de una chica. Esa voz se me hizo familiar, y no recordé a quien le pertenecía hasta que llegué a lo que parecía ser la cocina de ese departamento, y la vi con un delantal preparando lo que parecía ser el desayuno, y con el sonido de las noticias de fondo del pequeño televisor que se encontraba encima de una de las estanterías.
Y antes de que pudiera mencionar palabra, un par de figuras pequeñas pasaron por mi lado a toda velocidad, gritando su nombre con diversión.
—¡Kyoka! ¡Kyoka! —chillaron ambos niños, halándola de su delantal.
Me quede estatico en mi lugar sin saber muy bien que hacer. En cierta parte agradecía estar con una persona conocida, pero, por otro lado, hablábamos de alguien con quien no había tenido mucha comunicación. Más allá del hecho de que me encerró en una celda con... ¡Bakugou!
—Veo que ya despertaste —di un pequeño salto en mi lugar al notar que me observaba a solo un metro de mí.
—S-sí, yo, mmm...—que se supone que tendría que decir en una situación como esta.
