✽ 26: Entre cumpleaños y disputas en el baño

1K 156 24
                                    

« El arte de la seducción siempre consiste en dar con los puntos débiles de los seres humanos. » La reina en el palacio de las corrientes de aire (2007), Stieg Larsson

Era irónico pensar que hasta hace un par de días, jamás habría considerado llegar hasta este punto con un hombre que debía ser solamente parte de mi trabajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era irónico pensar que hasta hace un par de días, jamás habría considerado llegar hasta este punto con un hombre que debía ser solamente parte de mi trabajo. Y es que yo solo buscaba una cosa de él en el principio.

Ahora parecía todo lo contrario.

Ya que una sola cosa no me bastaba. Quería más, mucho más.

Ese viernes por la noche empezó como yo bien pensaba que sería. Había perdido la parte superior de mis vestiduras, y él de igual forma, pero justo cuando Bakugou pensaba hacer algo más con mis pantalones, mi celular sonó. Había sido fácil ignorarlo las dos primeras veces mientras seguíamos con la labor de devorarnos las bocas, sin embargo, cuando una tercera vez sonó, ambos sabíamos que no podríamos seguir ignorándolo.

Y para cuando conteste, la voz de Mina en conjunto con la de Toru me preguntaron donde rayos estaba, y si había olvidado que ese día teníamos una cita en el Rock&Bones, y que tenía que estar presente porque así lo habíamos planeado hace días. Quise protestar en cuanto lo recordé, pero no había mucho que pudiera hacer. Y lo difícil no fue convencer a Bakugou de que lo dejáramos para otra ocasión, lo difícil fue despegarme de él. Y con un demonio, realmente lo odiaba.

Sin siquiera pensarlo me había convertido en alguien completamente diferente cada que estaba con él, y eso solo empeoraba cada que nuestros encuentros se volvían frecuentes.

Porque si, ese viernes no pudimos hacer algo más que besarnos como unos desquiciados. Y eso volvió a repetirse dos días después, cuando nos encontramos de 'casualidad' en el restaurante donde habíamos causado el problema con el señor Yagi. Yo había ido porque tenía una cita de trabajo, y él quien sabe por qué. Aunque la verdad es que si menciono la razón de porqué estuviera allí, ¿el problema? El problema fue que yo estuve más concentrado en aferrarme a su cuello y a sus labios que a escucharlo. Y al parecer tampoco es que le importara mucho, sobre todo si sus manos no dejaban de acariciar mi cintura.

Ambos estábamos en la misma página, esa en donde habíamos establecido mantener una relación meramente carnal, aunque aún no habíamos pasado a cosas mayores a un par de besos desenfrenados. No solíamos hablar mucho antes ni después, y eso al parecer nos favorecía a ambos, ya que luego de que ambos quedáramos sin aire y con los corazones acelerados, había ocasiones en las que nos mirábamos a los ojos y cierta inquietud aparecía en ellos. Sería entonces el momento de terminar por ese día. Él desviaría la mirada al mismo tiempo que yo, nos separaríamos de a poco y sin más palabras de por medio, esperaríamos hasta la próxima ocasión en la que alguno buscara al otro con excusas tontas y terminaríamos arrinconándonos entres besos fogosos hasta quedar sin respiración.

Y esa ocasión se repetía esa misma tarde del sábado en la puerta de mi departamento. A medida que me sus besos descendían por mi mandíbula hasta llegar a mi cuello, yo trataba de poder deshacer el agarre que tenía en sus hombros para poder buscar las llaves que nos llevarían a dejar el pasillo donde, en cualquier momento, un vecino pudiera salir y nos encontrara infraganti.

GAPESEED「 Mono no aware 」→ KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora