ㅤㅤ«De hecho, los dos somos como los boxeadores, le debemos nuestro éxito a la suma de golpes que recibimos....»
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ― "Marcos negros" (2010) Pierre Lemaitre
✸ Parejas: KatsuDeku
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« Un momento después me sentí lleno de dudas, y al instante siguiente empecé a dudar de aquellas dudas. » El libro de las ilusiones (2002), Paul Auster
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Habíamos estado contabilizando los minutos desde que acordamos quedar esa noche en mi departamento, sin embargo, había perdido por completo la noción del tiempo para cuando Bakugou se sentó en el sofá de la sala, y me indico que fuera hasta él. En un inicio pensaba en sentarme a su lado, aunque no entendiera que sentido tenía. Claro que eso cambió apenas estar a un paso de él, para que me tomara de la mano y halara de mí para terminar sentado en su regazo y sus labios devorando los míos.
Por la sorpresa estuve a punto de replicar, pero él bien se encargó de que mi boca se mantuviera ocupada con la suya. Sin mencionar que las caricias que comenzaba a sentir debajo de mi ropa en mi cintura, me hacían perder de vista donde estábamos y en qué posición me tenía. Y que nuevamente cambio, en algún punto, pues ahora pese a que seguía encima suyo, ahora me encontraba con ambas rodillas a sus costados, mis manos sujetando parte de sus cabellos y él regocijándose acariciando desde mi cintura hasta la curva de mi trasero por encima del pantalón.
Nuestras bocas no paraban de moverse a la par que nuestras lenguas en el interior. Estuve a punto de separarme y pedirle que fuéramos hasta mi habitación, pero apenas lo intentaba, Bakugou de inmediato acortaba la distancia haciendo un desastre de mí. Estaba claro que él no quería detenerse por nada, y pese a que yo pensaba que sería mejor hacerlo en mi cama, la idea de seguir allí, en el sillón, con los cuerpos pegados y moviéndonos de manera desenfrenada, tampoco me molesto.
Yo tampoco quería detenerme por nada.
—Ba-Bakugou...—susurré a medias cuando él se dispuso a besar mi cuello, abrir mi bragueta y bajar con sus manos parte de mi pantalón.
—Shhh, deja que yo me encargue —musitó sin dejar de besar mi cuello, y yo deje que prosiguiera a su gusto—. Alza un poco las caderas.
No entendí del todo su petición, pero de todas formas lo hice. Entonces lo comprendí, cuando bajo del todo mis pantalones y mi ropa interior hasta las rodillas, y luego él mismo volvía a hacer que descendiera hasta quedar sentado en su regazo una vez más.
Recordaba haberme quitado mi saco en cuanto llegue, solo traía mi camisa que él en algún punto abrió sin llegar a quitármela del todo.
Él solo se había llegado a quitar su chaqueta, debajo solo traía su camiseta que se le ajustaba bien al cuerpo. Al igual que sus vaqueros que dejaban a la vista su prominencia entre las piernas. Tragué grueso, de pronto me llegaron las imágenes de lo que hice cuando estuvimos a solas en los vestidores de cierto gimnasio. No había pensado en querer hacer lo mismo una vez más, pero estando en esa clase de situación creo que tampoco se me podía culpar por querer volver a repetirlo, ¿verdad?
—Ba-...
—Ya habrá tiempo pare eso, ahora solo abre un poco más las piernas.
Casi estuve a punto de caerme de espaldas por lo bien que había leído mis pensamientos. Era vergonzoso que él supiera que en ese momento yo pensaba poner mis labios en otra parte de su cuerpo que no sea su boca. Pero de inmediato ese pensamiento se desvaneció en cuanto sentí como una de sus manos comenzaba a acariciar parte de mi entrada. Jadee debido a la sorpresa y me sujete de sus hombros al sentir toda la excitación subir por mi cuerpo.
