El pardillo.

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Después de eso todo se podía decir que regreso a la normalidad, Billy empezó a bulearme incluso más que al principio, pero ambos sabíamos que solo hacíamos teatro, sus amigos volvieron a acercarse a él y el solo mintió diciendo que quería que me confiara solo para darme un golpe bajo.

Era un gran mentiroso, lo único que le prohibí fue que los invitara a su casa, al menos no frecuentemente, era yo quien quería estar con él, descubrí cosas de mi personalidad que ni siquiera yo sabía que tenía, era un poco posesivo, directo y recientemente masoquista, pero, era más feliz realmente, me sienta tranquilo y me sentía bien, era lo importante.

sus amigos siguieron molestándome, tanto así que intentaron meterme la cabeza en el excusado, por suerte Billy los detuvo, sugiriendo que sería mejor colgarme del hasta de la escuela. Para que no nos descubrieran citaron a varios niños al salir de clase cuando no había ningún adulto o maestro presente.

Henry me llevaba en su hombro con las manos atadas, habían puesto un costal en mi cabeza para que nadie supiera quien era y con nadie me refería a mi hermano. Claro que estaba nervioso, había tantas cosas que podían salir mal. –ataron mis boxers con un cinturón y con ayuda del mismo me engancharon en el gancho con el cual subían las banderas y con todos presentes empezaron a enrollar aquel cable que empezó a subir poco a poco, mis boxers se tensionaron y se detuvieron cuando me quede apenas de puntitas rozando el suelo, creo que lo hacían solo para torturarme, luego de un minuto así empezaron a subirme más y más y más mi bóxer empezó a clavarse más y más en mis nalgas, hace mucho no me hacían un calzón chino tan fuerte, era realmente doloroso. –me dejaron al menos a dos metros del piso mientras tomaban fotos, yo intentaba resistir, me dejaron allí tanto tiempo que todos terminaron por irse a sus casas, se escuchaban mis gemidos de dolor y mis intentos desesperados por soltarme, no quería quedarme ahí toda la noche.

Me subieron lo suficientemente alto para que sea una tortura, pero no para que las cámaras o alguien me viera. Para mi suerte Billy llego mucho después y me bajo, yo empecé a golpearlo, estaba enfadado.

-Eh tranquilo, lo siento casi no puedo deshacerme de ellos...

-Cuantas horas crees que llevo ahí colgado? –me apoyaba en Billy, tenía las piernas entumidas, no me atrevía a acomodar mi bóxer ya que me dolería bastante, para mi suerte o desgracia Billy lo hizo por mi haciéndome casi llorar.
-Te llevare a casa –me cargo en brazos y me llevó, tuve que actuar normal al estar con mis padres pero por dentro moría de dolor.

Después de eso recibía calzones chino más seguido de todos, por alguna razón me había convertido en blanco para eso, pero Billy siempre estaba defendiéndome, me quedaron muchas veces colgado en el baño de hombres, yo ya estaba acostumbrado a los colgantes, era casi algo diario, lo disfrutaba por extraño que sonara.

Billy y yo empezamos a enrollarnos cada vez más y más, llevábamos casi dos años juntos, solo faltaba un año más para salir de la preparatoria, y extraña próximo a cumplir 18 años, Billy me dijo que tenía una sorpresa para mí, estaba emocionado por saberla. 

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