El primer dia.

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Soy nuevo en esta escuela. Me han transferido junto a mi hermano mayor, ya que tuve bastantes problemas en mi escuela anterior.

Estoy cansado de ser una carga para mi familia y en especial para mi hermano, he perdido la cuenta de a cuentas personas ha golpeado por mi culpa.

Soy un chico castaño de ojos verde claro, mi cuerpo es delgado y mi piel es delicada y suave como la de un bebe, tengo el cabello largo hasta los hombros ya que odio llevarlo corto. Mientras que mi hermano es mucho más alto y fuerte a mi comparación, a pesar de que solo nos llevamos 2 años.

El casi 18 y yo 16. Muchas personas suelen pensar que tengo 13 debido a mi altura, otros tantos me molestan con que parezco una chica por mi cabello y aspecto femenino y delicado, pero...a mí me gusta ser así.


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En el primer día de clases intente actuar como cualquier persona normal, no llame la atención en absoluto, pero no pude hacer amigos, los únicos amigos que siempre hacia eran chicas y eso me llevaba a más problemas con eso de que "Soy una niña".

Mi primer problema llego cuando llego la hora del receso, anduve por todo el enorme patio intentando buscar a mi hermano, pero en un lugar tan grande era como buscar una aguja en un pajar, así que me fui a un rincón donde había una banca para poder llamarlo, me resultaba algo perturbador, ver pelotas de un lado a otro, niños jugando, el movimiento no paraba, sentía que iba a recibir un balonazo en cualquier segundo.

Justo cuando saque mi teléfono vi 5 sombras que me bloqueaban el sol a lo que solo guarde mi teléfono para levantar la mirada.

-¿Qué haces en mi lugar? –menciono el chico que iba en medio.
-Lo siento... -yo solo me levante con la cabeza baja y me dispuse a alejarme pero en eso me choqué contra un sujeto enorme, un niño bastante gordo, fue como chocar con una pared de grasa, sentí como sus grandes manos tomaron mis hombros, yo mordí los labios e intente ser valiente.

-Mira Billy es carne fresca. –aquel enorme sujeto me dio la vuelta y ese tal Billy levanto mi mentón con su dedo.
-Parece que no te han explicado las reglas de este lugar verdad?
-¿Reglas? –respondí ingenuo a lo que Billy solo sonrió.
-No luces como un chico listo, así que no creo que tu trabajo sea hacer nuestra tarea –se inclinó para mirarme a los ojos. Pero tengo un trabajo perfecto para ti, serás nuestro juguete. –mis ojos se abrieron como platos, pero no pregunte.
-Te quiero ver aquí mañana, si no lo haces te vamos a encontrar y te haremos vivir un infierno. –yo asentí y me aleje rápidamente tomando mis cosas, mi corazón latía con fuerza, podía sentirlo, sin embargo, no iría a llorarle a mi hermano, estaba decidido en manejar la situación por mi cuenta.

Una vez familiarizado con esos sujetos me di cuenta que estaban en la misma clase que yo. Billy me sonrió, traía una gorra roja con la visera hacia atrás, su cabello era completamente negro y su piel un tanto morena, era extraño que fuera el bully pues era realmente atractivo hablando desde un punto de vista objetivo, los bullys siempre son los gordos rechazos del salón, lo sé porque me he tomado con muchos a lo largo de mi vida.

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En la noche me encerré en mi habitación mientras miraba al techo pensando en lo que debería hacer no sabía si debía huir o ser valiente y enfrentarlos en cada caso sé que me ira mal. Me dormí con dificultad ante todos los pensamientos que acarreaban en mi mente, después de todo, a que se refería con ¿ser su juguete?

El pardillo.  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora