El Proyecto Nerd Jortini (adaptada)

Capitulo 28

Capítulo 28 -"Londres."

Tini narra

Cuando decidí ir a visitar la tumba de la Señora Blanco, no sabía exactamente en lo que estaba pensando. Empezó a llover justamente cuando caminaba entre las lápidas, por lo que mis pies se hundían en el suelo fangoso con cada paso que daba; había estado buscando la lápida durante más de una hora, el chico de la puerta me había dicho que estaba en el ala izquierda. Cuando la encontré, no sabía lo que me esperaba, pero ciertamente no eso. La lápida estaba cubierta de rosas, estaban completamente húmedas, pero eran frescas. Me agaché, dejando al lado una flor y sacando del bolso una foto de ella y Jorge. La Señora Blanco abrazaba al chico a su lado, Jorge. ¿Por qué las personas buenas tenían que irse del mundo? ¿Por qué era necesaria la muerte? Sólo daba tristeza.

Me froté la sien y me puse a un lado, de cuclillas .

- Hola, Señora Blanco. - Comencé, mirando por encima de la lápida. - Sé que no nos conocemos oficialmente. Soy Martina Stoessel, pero la mayoría me dicen Tini. - Escuché la lluvia caer sobre el suelo durante un minuto. - Quería hablarte de Jorge... yo, no sé cómo me siento. Me utilizó como una apuesta, pero todo el mundo dice que él realmente se preocupa por mí, pero si de verdad es así; no lo hubiera hecho, ¿no? - Entonces miré la foto de Jorge entre mis manos. - Este es Jorge con 18 años. - Me levanté, con la mirada fija en la lápida.

- ¿Tini? - Me dí la vuelta.

Jorge estaba ahí, completamente empapado. Caminó hacia mí.

- Jorge. - Susurré.

Sus ojos cayeron a la foto en mis manos, luego a la rosa, entonces a la foto. Me miró de nuevo. En lugar de hacerme preguntas, los dos miramos la lápida. Hubo un silencio pensativo y largo, lleno por la lluvia que parecía no terminar nunca.

- Ella está aquí, ya sabes. - Dijo. - Ella siempre está aquí... esperando que alguien venga a hablar con ella.

- ¿Vienes mucho por aquí?

- Solía. Ahora me duele un poco más. - Respondió metiendo las manos en los bolsillos.

Otra larga pausa.

- ¿Por qué estás aquí? - Preguntó, en lugar de acusar, parecía desconcertado.

- Yo... sentí que tenía que venir a verla antes...

- De irte.

- Sí. - Suspiré. - ¿La echas de menos? - Le pregunté.

- Todos los días. - Dijo con la voz ahogada. No sabía qué decir exactamente. - ¿Sabes en lo que se parecen ustedes? - Continuó.

- No creo que...

- En la risa. - Dijo. - Ambas trataban de ocultarlo, pero cuando te ríes, cuando se reía... era la cosa más infecciosa y más melódica que nunca había escuchado. - Le miré. Él me miró. - Lo siento, Tini. - Se me quedó mirando.

Sonreí un poco. - Está bien, te perdono. - Sus ojos se iluminaron. - No voy a evitarte más. - Dije, rápidamente.

- ¿Podremos ser al menos conocidos? - Preguntó.

Me reí. - ¿Amigos de nuevo? - Dije.

Jorge me miró desde su posición, sus ojos clavados en los míos. Cómo iba a echar de menos esos ojos verdes...

- Lo que tú quieras. - Respondió suavemente, con una sonrisa esculpida en su rostro.

* * *

- ¿Qué pasó en el cementerio? - Preguntó Cande.