"Y por ello, no se puede esconder los secretos mejores guardados"...

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Seokjin puedes abrir los ojos...

Seokjin...

¡Jin!...

¡¡Hyung!!..



El pelinegro abrió los ojos alterado, buscando con la mirada a los dueños de las voces que le habían estado llamando. Se dió cuenta de que se encontraba todavía en el hospital, dentro de la habitación donde le estaban haciendo los estudios, al parecer él se había quedado dormido por unos minutos mientras esperaba. Vio a Namjoon y al doctor observarlo a través de la ventana.

Puedes levantarte, hemos terminado. - le dijo el médico mientras apagaba la máquina en la que antes el pelinegro había estado.- Puedes cambiarte y esperar en el consultorio, tardaré unos minutos en que me entreguen los resultados.

El pelinegro asintió y fue a la habitación donde antes se había cambiado bajo la atenta mirada de Namjoon que lo perdió de vista al verlo entrar a la habitación. Seokjin se vistió tranquilamente y, al salir de la habitación Namjoon lo estaba esperando afuera, aún estaba algo incómodo por la pequeña discusión que habían tenido en el consultorio antes.

-Esperemos en el consultorio, hyung. El médico dijo que en cuanto le entregaran los resultados, nos llamaría. Dijo que esperemos un momento, tal vez no demore demasiado.

Namjoon lo observó por unos instantes antes de caminar de regreso a la oficina del médico, seguido de un Seokjin inquieto. Le preocupaba que los resultados arrojaran que tenía algo grave, si eso pasaba, no podría buscar a Jungkook y mucho menos en reunir al resto de los chicos. Una vez dentro de dicho lugar ambos tomaron asiento y permanecieron en silencio un rato, Seokjin era una persona que le gustaba hablar mucho aunque dijera cosas sin sentido, por lo que el mantenerse en silencio le parecía una tortura.

Decidió distraerse un poco observando a detalle la oficina del médico ya que, hasta ese momento no le había prestado mucha atención. La oficina tenía una decoración simple, un estante con libros de medicina y algunas carpetas en la pared izquierda, en la derecha un mueble con varias cajoneras y algunas macetas de plantas pequeñas encima. Al fondo, detrás del escritorio se encontraba una pintura que le resultó muy extraña, a simple vista parecían líneas por doquier y sin sentido, pero podría asegurar que si se observaba detenidamente encontraría la forma de un ave.

 Al fondo, detrás del escritorio se encontraba una pintura que le resultó muy extraña, a simple vista parecían líneas por doquier y sin sentido, pero podría asegurar que si se observaba detenidamente encontraría la forma de un ave

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El Asesino de AbraxasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora